Si Finlandia entra como miembro de pleno derecho en la OTAN, la Alianza militar occidental recibirá a una nación entrenada para resistir una invasión y doblará su frontera con Rusia. Los dos países comparten 1.340 kilómetros de frontera terrestre y siglos de historia con unas complejas relaciones, que se reflejan en el Canal de Saimaa, una vía fluvial que se remonta al imperio ruso y que a día de hoy sigue operativo, aunque ahora sin apenas actividad por la guerra en Ucrania.
El parón se aprecia aún más en los establecimientos fronterizos dedicados casi exclusivamente a clientela rusa. Cerraron con la pandemia y no han vuelto a abrir. San Petersburgo está más cerca que Helsinki, pero en la universidad tecnológica hubo consenso para terminar todas las colaboraciones con Rusia.