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El nuevo objetivo de financiación climática de la COP29 fija en 300.000 millones la aportación de los países desarrollados para ayudar a los más desfavorecidos a adaptarse a los efectos del cambio climático. Una cifra que no convence al sur global, pero que al final han aceptado "con frustración y decepción", nos cuenta la enviada especial de RNE, Rosa Basteiro. La Unión Europea se muestra satisfecha porque contempla su reclamación de incluir aportaciones de otras fuentes de financiación no públicas y confía en lograr el objetivo de 1,3 billones de dólares para 2035.

El nuevo borrador de la cumbre del clima marca el objetivo de movilizar al menos 1,3 billones de dólares anuales en financiación climática para los países en desarrollo para 2035 de todas las fuentes públicas y privadas. Sin embargo, el nuevo documento ha despertado cierto malestar entre los países menos desarrollados, según comenta el enviado especial de RTVE.es a Bakú (Azerbaiyán), Álvaro Caballero. "Los países más pobres critican no solo la insuficiente cifra, también piden que sean fondos públicos, para no generar deuda", ha señalado en una entrevista para el canal 24 horas. Mientras, los países ricos, los donantes, siguen manteniendo cierto silencio.

"Aunque parece que la cifra es más acorde a lo que querían", añade Caballero. La cumbre del clima se encuentra en la recta final, aunque podría alargarse para intentar llegar a un acuerdo entre los 200 países participantes. "Los países pobres creen que puede ser un acuerdo insuficiente".

La Cumbre del Clima que se celebra en Bakú encara su recta final con las negociaciones abiertas: no hay acuerdo sobre el nuevo objetivo de financiación climática. El escollo estaría en la cantidad total a pagar por los países desarrollados para ayudar al sur global a hacer su transición y a adaptarse a los efectos del calentamiento global. Los negociadores ultiman a esta hora esos debates de los que se espera que salgan hoy nuevos borradores de todos los documentos, entre ellos los más polémicos: el de mitigación y el Fondo Colectivo de Financiación Climática. Enviada especial a Bakú, Rosa Basteiro.

Desde Bakú (Azerbaiyán), sede de la COP29, nos atiende María José Sanz Sánchez, directora científica del Basque Centre for Climate Change y miembro del Panel de Expertos sobre el Cambio Climático. Sanz explica que aún hay margen lograr un acuerdo y que los textos que salieron ayer de la Cumbre del Clima "no tenían equilibrio": "La presidencia de la COP va a tener que hacer un esfuerzo por hacer un balance durante el día de hoy. La esperanza no se tiene que perder", explica, mientras señala que otra de las claves de estos acuerdos está en el tipo de financiación, el volumen de esa financiación y su origen.

Ante cuestiones como el auge de las tendencias negacionistas del cambio climático o la llegada de Trump a la Casa Blanca y cómo puede afectar a las negociaciones, la directora científica del Basque Centre for Climate Change señala que es igualmente compleja: "Mi esperanza mayor está puesta en el hecho de que la economía está virando hacia otros aires. Muchas empresas están considerando que esto hay que hacerlo, otra cosa es la celeridad con la que lo quieran hacer. Pienso que la dirección está ahí, ahora el tema es más bien cuál es la celeridad con la que se hace. Trump puede decir muchas cosas, pero si las empresas estadounidenses ven que necesitan hacer estos cambios, lo harán. Lo más importante es que ya se han puesto en movimiento cambios que van a ser difíciles de revertir, aunque sean difíciles de acelerar".

En Bakú se celebra la cumbre parlamentaria para debatir la cumbre del clima, con participación española. Esta semana ha sido el turno de los jefes de gobierno. Y Pedro Sanchez ponía la tragedia de la DANA como ejemplo de las consecuencias del cambio climático.

"La semana técnica de la COP29 acaba casi como empezó", nos cuenta la enviada especial de RNE, Rosa Basteiro. En materia de financiación no hay grandes avances. Todos están de acuerdo en que hay que aumentar la financiación climática para reducir emisiones y ayudar a los países más vulnerables a adaptarse a los efectos del cambio climático. Sin embargo, aunque se habla de billones de dólares, no se han puesto aún cantidades concretas sobre la mesa.

Por otro lado, numerosos líderes mundiales han manifestado la necesidad de avanzar en el abandono de los combustibles fósiles, algo a lo que se oponen los grandes productores de petróleo, como Arabia Saudí. Europa está entre los que quieren una fiscalidad para que el sector contribuya a la financiación climática. A partir de mañana, serán los ministros competentes los que recogerán el testigo de sus negociadores técnicos con el fin de llegar a acuerdos.

La cumbre del clima que se celebra en Bakú, capital de Azerbaiyán, encara esta semana su recta final. Sobre la mesa, la reducción de gases contaminantes y sobre todo la financiación para combatir el cambio climático. El enviado especial de RTVE.es, Álvaro Caballero, ha analizado el estado de las negociaciones. "En este cumbre se tiene que llegar a un nuevo objetivo de financiación climática, es decir, el dinero que dan los países ricos a los menos desarrollados, que son los más vulnerables al cambio climático", ha apuntado Caballero, que ha añadido que estos últimos reclaman un billón de dólares, "que se articule principalmente a través de ayudas públicas, porque estos países tienen más dificultad para acceder a los mercados de inversión. Es decir, no quieren endeudarse, no quieren que sea a base de préstamos".

Foto: EFE/EPA/IGOR KOVALENKO

La COP29 de Bakú, Azerbaiyán, va de cambio climático, pero no solo: los países saben que es un gran escaparate y la geopolítica también entra en esta cumbre. La cita no es ajena, por ejemplo, a la competición entre Estados Unidos y China por liderar el mundo. Además, para países pequeños, como las islas del pacífico es la única oportunidad de que su voz de escuche, ya que todos tienen, teóricamente, el mismo peso y hace falta consenso. Para otros, como los talibanes, estar ya es un triunfo, aunque con polémica, ya que han acudido por primera vez como observadores. Foto: REUTERS/Janis Laizans

Bakú, la primera ciudad petrolífera del mundo, acoge desde este lunes a representantes de 200 países que negocian cómo frenar el cambio climático. La capital de Azerbaiyán es la sede de la cumbre del clima, la COP29, un encuentro organizado por la ONU que cada año reúne a decenas de miles de personas en una ciudad distinta del mundo para hacer frente al mayor reto para la humanidad.

Este año el foco de la cumbre está puesto en la financiación, el dinero que los países ricos deben dar a los menos desarrollados para ayudarles a adaptarse al cambio climático y a mitigar sus emisiones.

Azerbaiyán acoge estos días la Cumbre del Clima, en la que casi 200 países debaten cómo reducir las emisiones de dióxido de carbono. Los expertos climáticos hace tiempo que defienden que hay que eliminar los combustibles fósiles, pero este año el mensaje se lanza ahora desde un país en el que el petróleo y el gas representan el 90% de sus exportaciones.

Foto: AP Photo / Rafiq Maqbool

Bakú, la primera ciudad petrolífera del mundo, acoge desde este lunes a representantes de 200 países que negocian cómo frenar el cambio climático. La capital de Azerbaiyán es la sede de la cumbre del clima, la COP29, un encuentro organizado por la ONU que cada año reúne a decenas de miles de personas en una ciudad distinta del mundo para hacer frente al mayor reto para la humanidad.

La cumbre de este año está centrada en la financiación: "Estamos pidiendo 1 billón de dólares anuales, que es lo que se ha calculado que se necesita para reducir las emisiones, adaptarse a los cambios que está sufriendo el clima y hacer frente a las pérdidas de las catástrofes, como la DANA en Valencia", ha explicado a TVE Pedro Zorrilla, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace España.

Sobre el compromiso de limitar el aumento del calentamiento global a 1,5 grados, "la ciencia dice que estaríamos aún a tiempo con las medidas adecuadas y no podemos dejar de hacerlo", ha dicho Zorrilla quien pide actuación y ayuda por medio de subvenciones.

Mara Peterssen y Laura Moreno, de WWF España, comentan el Informe Planeta Vivo 2024 y los preocupantes datos que recoge sobre la pérdida de biodiversidad.