Los dos candidatos a las elecciones presidenciales en EE.UU. son optimistas aunque los sondeos siguen dando ventaja a la demócrata Hillary Clinton, quien ha votado entre aplausos, mientras que el candidato republicano, Donald Trump, que ha denunciado ya fraude en el registro de las papeletas electronicas, lo ha hecho entre algunos abucheos. Unas horas antes la Policía había expulsado a dos mujeres en toples como protesta por sus comentarios sobre las mujeres.
Muchos se van a reunir esta noche en diferentes lugares para seguir la jornada electoral. Jessica, ocho años en Santiago de Compostela. Ha horneado galletas con los colores demócratas y republicanos, aunque entre los que frecuentan su cafetería el voto es casi unánime. Jim, profes r de inglés en Girona, teme que si Trump ha sido capaz de llegar hasta aquí pueda ganar. “Estoy como esperando que llegue el apocalipsis" dice este profesor universitario en Lleida y no le sorprende que ningún candidato convenza a sus alumnos.
Es la primera vez en 70 años que ambos candidatos coinciden en la ciudad de los rascacielos para seguir los comicios. Unidades antiterroristas vigilan el hotel Hilton, centro de operaciones de Donald Trump. A unos metros, en la torre del magnate, se concentran partidarios y detractores del candidato republicano.
Decenas de voluntarios que hacen campaña por Clinton recogen listados de los votantes. Muchos se centran en movilizar al electorado de Florida. Lo hacen para evitar los "peligros", aseguran, de un gobierno de Trump.
Todo por un puñado de votos, los que se disputan en los llamados estados indecisos y que son clave para ganar las elecciones. Por eso, Donald Trump ha lanzado su ofensiva final en cinco de esos estados: Florida, Carolina del Norte, New Hampshire, Pensilvania y el último, Michigan.
Más de 30.000 personas asistieron al mitin, en el que la candidata demócrata a la Casa Blanca estuvo acompañada de los Obama y Bruce Springsteen, entre otros.
Más que una revista es una institución. Nació para abogar por el fin de la esclavitud y pidió el voto por Lincoln en 1860. Algo que no volvió a hacer hasta un siglo después por Johnson y el fin de la segregación. Este año ha pedido el voto contra Trump, una excepción, dice su director, porque está en riesgo la democracia en EE.UU.
La candidata demócrata a la presidencia de EE.UU., Hillary Clinton, ha votado en la mañana del martes en un colegio electoral de la localidad de Chappaqua, en el estado de Nueva York. Clinton ha estado acompañada de su marido y expresidente, Bill Clinton, de decenas de simpatizantes y de una nube de fotógrafos. Clinton parte como favorita en las elecciones presidenciales, tras una de las campañas más duras de la historia reciente.
La pequeña población de Dixville Notch, en el estado de New Hampshire, ha sido de las primeras en votar en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que se celebran este martes, 8 de noviembre, con la incógnita de quién será el próximo ocupante del Despacho Oval: la demócrata Hillary Clinton o el republicano Donald Trump.
El vencedor debe hacerse al menos con 270 de los 538 votos electorales (de los representantes elegidos por cada estado). El voto de las mujeres y el de las minorías, especialmente los latinos, es clave para inclinar la balanza en favor de uno u otro. Pese a que las encuestas dan una ventaja a Hillary (mayor en el voto electoral que en el popular), la diferencia no es insalvable, lo que unido a la falta de confianza en las encuestas hace que no se pueda descartar la sorpresa.
Los resultados para el Senado, la renovación de la Cámara de los Representantes y más de cien iniciativas de nivel estatal son otras de las cuestiones que se deciden en esta jornada histórica.
LeBron James y Beyoncé han apoyado a Hillary Clinton en sus últimos mítines, mientras que Clint Eastwood o Bruce Willis han mostrado su respaldo a Donlad Trump.
La elección del presidente de Estados Unidos no es directa: los ciudadanos no votan al candidato, sino a los representantes de su estado en el Colegio Electoral. Cada estado tiene un número de escaños, en función de su población, y en casi todos (solo Maine y Nebraska los reparten proporcionalmente) se asignan con la fórmula winner-takes-all: el ganador se queda todos los representantes. Los candidatos, por lo tanto, deben ganar en los distintos estados hasta sumar 270 representantes, la cifra que asegura la mayoría en el Colegio Electoral.
El empujón del FBI que exculpa a la candidata demócrata por el caso de los emails ha supuesto, sin duda, un respiro para la candidata demócrata, que sigue en cabeza en los sondeos.