El déficit del Estado ha bajado casi un 6% respecto a 2020 por el fuerte aumento de ingresos y supone cerca del 5% del PIB. Un PIB que ha crecido un 2%, en verano, nueve décimas más que en el trimestre anterior, aunque sigue lejos de las previsiones del Gobierno.
Este dato deja en el aire el crecimiento previsto por el Gobierno para todo el año, un 6,5%. La economía mejora levemente entre julio y septiembre respecto al trimestre anterior, pero no basta para recuperar lo perdido en lo más duro de la pandemia.
Esa lenta recuperación se explica por la caída del consumo, sobre todo, el de los hogares. Algo poco habitual en un verano que ha destacado por el fuerte repunte del turismo nacional. Lo contrario ha pasado con la inversión y las exportaciones, que se dispararon.
Los sectores que más aportaron a la economía fueron servicios e industria, mientras que agricultura y ganadería redujeron su contribución.
Estadística advierte de que esta vez ha recibido menos información adelantada, por lo que podría variar el dato definitivo. Se cura en salud después de que tuviera que reducir a menos de la mitad su estimación del segundo trimestre.
El Gobierno avisa de los riesgos que amenazan el crecimiento en el último trimestre del año: los cuellos de botella en las cadenas de suministro, los elevados costes de la energía y su impacto en la inflación.
EFE/ Vega Alonso Del Val