La tormenta de nieve que asola parte de Estados Unidos ha dejado a millones de personas sin electricidad. Texas, un estado en el que lo habitual son inviernos cálidos, es el más afectado por las nevadas y las bajas temperaturas. Al apagón que dura ya tres días con cortes intermitentes, se suma el colapso de las tuberías. Unos siete millones de vecinos están bajo este aviso: no consumir agua que no se haya hervido antes. Temen que esté contaminada por los cortes en el suministro y las fugas en el sistema de aguas residuales. Algunos ni tienen, otros no tienen como calentarla. Mientras, en la costa sur del estado, 2.500 tortugas han tenido que ser rescatas de las aguas inusualmente gélidas. Las autoridades locales lo comparan con el impacto del huracán Harvey en 2017. Tras una ola de desinformación en las primeras horas que señalaba a las energías renovables como la principal causa del colapso, el gobernador reconocía que todas las fuentes de energía se han visto comprometidas. De hecho, los fallos en las centrales de energías fósiles han tenido mayor impacto. El temporal ha golpeado con fuerza gran parte del país -han muerto al menos más de una treintena de personas- y hoy ya se está desplazando al noreste. Una situación que está provocando retrasos en la distribución de las vacunas contra el coronavirus.
FOTO: Matthew Busch / AFP
