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Hace unas semanas el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sorprendió a todos en una rueda de prensa en la que le preguntaron por las dificultades de muchas empresas en EE.UU. para encontrar trabajadores ahora que la mayoría de las restricciones por la pandemia se han levantado. Biden bajó la voz y se acercó al micrófono como si fuera a contar un secreto y resumió la situación en tres palabras: Pay them more -pagadles más-. Biden también comentó a los empresarios que parecía que algunos acababan de descubrir la ley de la oferta y la demanda. Y eso es lo que ocurre ahora, que hay más oferta que demanda; con el corresponsal en Washington Fran Sevilla. En Alemania, no solo viven la situación los camareros, también la mano de obra cualificada; con el corresponsal en Berlín, Gabriel Herrero. En Estados Unidos, donde En el Reino Unido, a parte de la pandemia, muchos miran al Brexit como el causante de la falta de mano de obra, pero también influyen otros factores; con la corresponsal en Londres, Sara Alonso. En Italia, la reapertura de la restauración ha traído consigo las quejas de los propietarios de bares y restaurantes, que no logran cubrir los puestos de camareros. Además, se ha extendido por el país un mantra: muchos no quieren trabajar porque reciben ayudas y subsidio. Con el corresponsal en Roma, Jordi Barcia. En Francia también hay falta de camareros y, aunque la situación ya existía desde antes de la pandemia, ahora con la crisis sanitaria, los antiguos camareros han descubierto otros empleos en los que les pagan más y en los que tienen más tiempo libre. Con el corresponsal en París, Paco Forjas.

La salida de las tropas occidentales de Afganistán ha dejado a los talibanes con el control del terreno. Este viernes han asegurado en Moscú que ya lo hacen en el 85% del territorio y que la población está de su lado. Un dominio islamista que preocupa a los países vecinos y también a potencias como Rusia y Estados Unidos, que históricamente no han logrado controlar el conflicto.

Foto: EPA / GHULAMULLAH HABIBI.

La crónica internacional arranca con la reunión de los ministros de Finanzas del G20 que en Venecia van a definir qué tipo mínimo de impuesto a sociedades deben pagar las empresas a nivel global. Además, en Haití, la policía busca al resto de sospechosos de haber participado en el asesinato del presidente Jovenel Moïse. Mientras tanto, en Estados Unidos, el presidente Joe Biden ha adelantado que la presencia de las tropas estadounidenses en Afganistán concluirá el 31 de agosto, más de una semana antes de la fecha inicial prevista, el 11 de septiembre. Y nos centramos también en la resolución del pleno del Parlamento Europeo, que ha reclamado acciones legales contra el Gobierno de Viktor Orban y ha pedido que no se destinen fondos europeos a proyectos que violan los derechos fundamentales, en alusión a la ley húngara que discrimina y estigmatiza al colectivo LGTBI.

Veinte años de tutela tras una guerra que ha continuado a menor intensidad durante estas dos décadas. Estados Unidos y España ya han retirado a sus tropas y hoy lo ha ratificado Reino Unido. Poco a poco, los países que mantenían puestos militares van abandonando la zona y los afganos quedan algo huérfanos, pero con ese empujón adicional para que encuentren su propio camino. El Gobierno afgano y los talibanes coinciden, al menos, en algo beneficioso para todo el país: que la guerra no es la solución.

Parece que los talibanes se hubieran estado preparando para este momento. Hay afganos que quedan en una situación especialmente desprotegida: aquellos que han trabajado para las tropas extranjeras, como los traductores. Estados Unidos ha dejado volar solo al país y eso significa más autonomía, pero también cierta desprotección. Biden ha hablado del plan de retirada, en medio de rumores de evacuación de la embajada de Kabul, y el Gobierno estadounidense se está planteando conceder algunos visados rápidos para aquellos afganos que queden desprotegidos.

Desde 24 horas de RNE, con los corresponsales de Radio Nacional en Oriente Próximo, Cristina Sánchez; en Washington, Fran Sevilla; en Bruselas, María Carou; y en Londres, Sara Alonso.