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"Si hay un país de aluvión por excelencia, ese país son los Estados Unidos. Lo levantaron, tal cual lo conocemos, europeos, sudamericanos, africanos y asiáticos. Pero el sueño americano resulta tan hipnótico, adormece tanto, que los que desembarcan allí, olvidan rápidamente su origen". Conocemos la 'cara B' de la semana con Juan Carlos Soriano.

Acabar con la guerra en 24 horas: es la promesa estrella de Donald Trump sobre Ucrania. Su administración podría retirar la ayuda militar y económica a Volodímir Zelenski y apoyar la ocupación rusa de parte del país.

Su posible aproximación a Vladímir Putin preocupa a Europa. Trump plantea recortar la contribución de Estados Unidos a la OTAN. Los aliados tendrán que invertir más en defensa si quieren protegerse y proteger a Ucrania. Un desafío más para la economía europea, amenazada por el proteccionismo y los aranceles de Trump.

Aranceles de hasta el 60% para las importaciones de China. Su prioridad: disputar la hegemonía mundial al gigante asiático, sin importar si eso lleva a otra guerra comercial.

En Oriente Próximo, Benjamín Netanyahu se siente aún más fuerte con Trump. Israel cuenta con su apoyo incondicional para acabar con Hamás, Hizbulá y demás aliados regionales de Irán. El riesgo de escalada y la desesperación del pueblo palestino aumentan.

En Iberoamérica, su patio trasero, preocupan las deportaciones masivas de migrantes, mientras en la derecha, líderes como Javier Milei o Nayib Bukele esperan beneficiarse con Trump. En la izquierda, Nicolás Maduro o Lula da Silva piden respeto y relaciones contructivas.

La visión de Trump apunta a un mundo partido en bloques, menos verde y con menos peso de los organismos internacionales. Un mundo donde el interés particular de cada Estado y la ley del más fuerte, se imponen.

REUTERS/Callaghan O'Hare

Se respiraba en sus mítines. El voto hispano ha sido el factor revelación de la victoria de Donald Trump. Se ha disparado hasta 14 puntos entre los hombres hispanos, incluso ha superado a Kamala Harris. Mil y una veces acusado de racismo, Trump gana terreno a los demócratas entre esta comunidad minoritaria, sin que la promesa de cerrar la frontera o acometer deportaciones masivas les ahuyente.

Trump será el presidente republicano más votado por los hispanos de los últimos tiempos, por delante de Bush hijo o Reagan. Durante la campaña, muchos se preguntaban por qué invertía tiempo haciendo campaña en barberías como esta en el Bronx, un condado profundamente demócrata. A este barbero, la receta económica y los valores conservadores del expresidente le convencieron y a su padre, demócrata, también.

El día que tome posesión, terminará "la invasión migratoria". Donald Trump lo ha repetido en mítines y en vídeos de campaña. Estados Unidos como un país "ocupado" por quienes, según él, son "criminales y terroristas". Su gran promesa, llevar a cabo la mayor deportación de la historia. Es uno de los mensajes en clave interna que más ha calado.

El otro, la economía, la inflación. Trump ha prometido que, con él, "los precios bajarán muy rápidamente". Ha puesto en el centro lo que más preocupa a sus compatriotas: el bolsillo. Ha prometido bajar impuestos. En general, arreglarlo todo, era uno de sus lemas de campaña junto al hacer grande a Estados Unidos de nuevo.

Más promesas: proteger la industria, revertir la inversión en energías renovables... Contra el aborto, pero con matices y sin entrar mucho en el tema. Ha prometido libertad, proteger el derecho a las armas, unir al país en torno a Dios frente al progresismo que, asegura, pone en peligro sus valores.

El multimillonario ha conseguido convencer a las clases populares. No es un político corrupto como los otros, dice, sino alguien que lucha por la gente y que hasta "recibió una bala por ti", subrayaba una campaña con tintes épicos que le va a devolver a la Casa Blanca.

Foto: REUTERS/Jonathan Drake

Tres días después de la celebración de las elecciones en Estados Unidos continúan los análisis y llegan más datos. Hoy Votecast ha publicado una encuesta de más de 120.000 votantes que arroja a la luz cómo han votado los estadounidenses por grupo de población y en quién han confiado para los próximos cuatro años. Estaremos en Alemania, para saber en qué dirección irá ahora el gobierno de Olaf Scholz. También en Hungría donde estamos pendientes de la cumbre de los jefes de estado y de gobierno de la Union Europea. El Ayuntamiento de Amsterdam ha declarado la ciudad en riesgo de seguridad durante el fin de semana por los ataques a un grupo de seguidores del Maccabi de Tel Aviv y tendremos dos entrevistas sobre elecciones: una en Botsuana y otra en Japón.

La conclusión es clara: Donald Trump ha ganado las elecciones porque ha crecido entre todos los sectores de la población, incluidos los que apoyaban tradicionalmente a los demócratas. Kamala Harris esperaba conseguir el favor de las mujeres y lo ha logrado, pero no tanto como lo hacía Biden, y además Trump ha aumentado el apoyo femenino. Y, como es costumbre, ha ganado claramente entre los hombres con diez puntos de ventaja.

El republicano ha subido, sobre todo, entre los jóvenes: ha recortado 19 puntos la ventaja que tenían los demócratas entre los votantes novatos, y crece enormemente entre los menores de 30 años. Los demócratas también confiaban en arrastrar a votantes latinos y negros, pero han perdido apoyos frente a un Trump que gana terreno, de nuevo, entre los hombres de esas minorías.

Susie Wiles, el cerebro tras la campaña de Donald Trump, será su jefa de gabinete en la Casa Blanca. Es el primer nombre confirmado de su futura Administración, en la que suenan también el magnate Elon Musk o el antivacunas Robert Kennedy Jr., que podría ser secretario de Sanidad.

Para su plan antiinmigración, Stephen Miller será una voz importante. Considerado un extremista antiinmigración, Miller fue el principal artífice del veto contra los musulmanes en la pasada presidencia de Trump y ahora pretendería blindar las fronteras.

Al frente de la diplomacia del país, Trump podría situar al legislador hispano Marco Rubio, o a quien fuera su asesor de seguridad en el primer mandato, Robert O'Brien. Para Defensa se baraja entre otros nombres el de Mike Pompeo, exdirector de la CIA. Al frente del Tesoro, varias son las apuestas: el multimillonario John Paulson y el actual asesor económico del presidente electo, Scott Bessent.

Foto: EFE/EPA/CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH

Héctor Cebolla, demógrafo del CSIC, ha estado en Las mañanas de RNE con Josep Cuní para darle explicación a la cantidad de voto inmigrante que obtuvo Donald Trump y que fue uno de los motivos clave para su victoria en las urnas en estas elecciones. El demógrafo ha expresado la tónica conservadora que suele tener este segmento de la población: "La preferencia de los inmigrantes por políticas más rígidas una vez están establecidos es una constante [...] Tienen convergencias con un perfil de electores relativamente conservadores". Es por esta razón por la que los inmigrantes latinoamericanos "son ciertamente conservadores", argumenta Cebolla: "En ese sentido conectan mucho más rápido con los republicanos que con los demócratas".

Si bien, el demógrafo del CSIC ha añadido que no sólo son inmigrantes latinoamericanos los que cruzan desde México. "Desde 2008 hasta 2018 ha habido una sobrerrepresentación de asiáticos que entraban a través de esa frontera, eran inmigrantes cualificados", y añade que el mito de la inmigración poco cualificada mexicana que cruza desde la frontera sur está volviendo, ahora que la presión migratoria asiática ha empezado a caer.

El recién electo presidente de los EE.UU., el republicano Donald Trump, ha elegido este jueves que Susie Wiles, la directora en la sombra de su campaña, será su jefa de gabinete en la Casa Blanca para su segundo mandato, que comenzará el 20 de enero de 2025.

Wiles será la primera mujer jefa de gabinete, uno de los cargos más importantes de la Administración estadounidense, que se encarga de coordinar a los miembros del gabinete presidencial.

Se trata del primer nombramiento que ha anunciado Trump desde que venció a la candidata demócrata, Kamala Harris, en las elecciones del pasado martes.

Foto de Jim WATSON / AFP

El voto latino sigue sin caer completamente del lado republicano, pero Donald Trump ha conseguido calar entre ese electorado, alcanzando el 45% frente al 53% cosechado por Kamala Harris. El magnate ha incrementado 13 puntos su popularidad entre este sector de la población y ha superado el récord del republicano George W. Bush. El discurso xenófobo ha pesado menos que las demandas de muchos de esos trabajadores no blancos, especialmente entre los hombres.

Los latinos, un grupo muy diverso y disperso por todo el país, le han votado sobre todo por sus propuestas económicas de lucha contra la inflación, creación de empleo y convenciéndoles de que la política migratoria de Biden también les afecta negativamente.