Los micrófonos de la II Cumbre sobre Seguridad Nuclear, que se clausura este martes en Seúl, han jugado una mala pasada al presidente de EE.UU., Barack Obama, al captar una conversación privada entre él y el presidente saliente ruso, Dmitri Medvédev. En esa conversación, Obama indicaba que tendría "más flexibilidad" para tratar con Rusia sobre los desacuerdos entre los dos países acerca de la defensa antimisiles tras su reelección.
Por ello, pedía a Medvédev que transmitiera a su sucesor, el ex presidente Vladimir Putin, que le diera "espacio" hasta las elecciones de noviembre. "Estas son mis últimas elecciones. Después de las elecciones, tendré más flexibilidad", ha asegurado el mandatario estadounidense, a lo que su homólogo ruso replicó que lo entendía y que transmitiría la información.
Esa conversación ha desatado una tormenta política en Estados Unidos, donde los aspirantes republicanos a la presidencia de EE.UU. han acusado a Obama de preparar una política más blanda hacia Rusia en el futuro sin informar a la población.
Por su parte, el presidente estadounidense ha optado por tratar de restar importancia al suceso y ha bromeado con Medvédev mientras ambos esperaban el comienzo de la sesión plenaria en la cumbre. Con una sonrisa, Obama puso la mano sobre el micrófono mientras intercambiaba unas breves frases con el líder ruso en la sala de reuniones.