Este lunes es difícil encontrar mesa en los bares ingleses de Palmanova, en Mallorca. Difícil también ha sido el día para los británicos afincados en España en una jornada que definen entre "triste" y "muy triste". Pese a la distancia, la emoción por la muerte de la monarca más longeva de Reino Unido, era la misma.
La imagen se repite en enclaves como Benidorm, Menorca o Lloret, en Girona, donde la clientela de un pub británico se ha vestido de negro para dar el adiós definitivo a su reina.
El cortejo fúnebre de Isabel IIcomenzaba desde el parlamento a la Abadía de Westmister. Doscientas gaitas acompañaban el féretro de la reina en una comitiva espectacular, propia de la grandiosa solemnidad del imperio británico. En cabeza, el nuevo rey Carlos III, su hijo Guillermo, el heredero, y también Andrés y Enrique, despojados del honor del uniforme militar. Alrededor de un millón de personas han estado reunidas en el recorrido del que ya se conoce como el funeral del siglo.
Calles vacías, casas destruidas y solo un puñado de habitantes es lo que se ve en las localidades próximas a la frontera con Rusia y liberadas hace solo unos días. Olga, una voluntaria local, va de casa en casa para registrar lo que necesitan los vecinos y estos días de lo que todos hablan es de posibles casos de tortura en el pueblo.
"Yo personalmente vi hace unas semanas a un soldado ucraniano que los rusos llevaban en un camión. Iba con la cabeza metida en una bolsa de plástico", dice a RTVE. Esta localidad está a tan solo tres kilómetros de la frontera rusa.
En el día del funeral de Estado de la reina Isabel II, González Laya, ex ministra de Exteriores y decana de Asuntos Internacionales de París ha explicado a Josep Cuní que será difícil que Carlos III sustituya o reemplace a Isabel II". Sobre la descripción de la monarca ha sido gráfica: "Isabel II es a la Diplomacia lo que la Globalización a la Economía", ha asegurado.
En relación a la próxima asamblea de la ONU, ha considerado que "sería más justo definir a las Naciones Unidas como el lugar donde los líderes del mundo van a tener que escucharse".
En la abadía de Westminster, en el funeral de Estado, la Familia Real y mandatarios de todo el mundo han dado esta mañana su último adiós a quien ha sido la reina de Inglaterra durante 70 años, Isabel II. Londres se ha convertido así en el centro de atención mundial. La música, con alguna de las piezas que sonaron en su boda con Felipe de Edimburgo, 96 campanadas o su gaitero personal han sido protagonistas. A las 12 de la mañana todo el país ha guardado dos minutos de silencio antes de que el féretro saliese hacia Windsor. Un cortejo de 3.000 militares caminaba ante la mirada de los millones de ciudadanos. En la capilla de San Jorge, 800 invitados han acompañado los restos de la reina en el mismo lugar en el que hace un año ella despidió a su marido, el duque de Edimburgo. Ha sido el último rezo en público en el que su hijo y sus nietos han participado para decirle adiós a Isabel II. Allí le han retirado los símbolos reales y se ha visto por última vez el féretro antes de que sea enterrado en la cripta de Windsor, la residencia donde ella pasó más tiempo y donde descansará su cuerpo para siempre.
Hasta 200 gaitas han marcado el paso del féretro de Isabel II del Palacio de Buckingham a la abadía de Westminster. En el cortejo fúnebre, la familia real iba con el rey Carlos III a la cabeza y todos, excepto Enrique y Andrés, vestidos con uniforme militar.
El ataúd ha entrado por una puerta lateral de la abadía, que ha hecho sonar 96 campanadas, una por cada año de vida de la reina.
Los presentes han agachado la cabeza al paso del féretro en el templo y, una vez sentados, el coro ha entonado frases bíblicas.
El deán ha abierto la ceremonia religiosa anglicana, a la que han asistido 2.000 asistentes, con lecturas de la Biblia, seguidas con atención por los reyes presentes y futuros.
Antes de que la abadía guardase silencio durante dos minutos, el arzobispo de Canterbury ha recordado la frase del discurso de la reina en lo peor de la pandemia: “Nos volveremos a ver”.
El final de la ceremonia ha sido marcado por trompetas, el himno y un solitario gaitero. Después, la guardia real ha transportado el féretro, sobre el que estaban los símbolos del poder real: la corona, el orbe y el cetro.
Los últimos diez días de luto en el Reino Unido por la muerte de Isabel II han sido un continuo baño de masas para su hijo y sucesor, Carlos III. A pesar de que en la lista de los miembros más populares de la familia real, hay que bajar hasta los puestos séptimo y octavo para encontrar a la nueva pareja real.
Ese es probablemente el principal reto de Carlos III: intentar ganarse el prestigio y el respeto de que gozaba su madre entre los ciudadanos británicos. Y sobre todo entre los más jóvenes, en los que sentimiento monárquico no llega al 30%.
Una falta de prestigio que podría ser un lastre en Escocia, en donde el independentismo no ha parado de crecer en los últimos años.
Y cuya ministra principal exige a Londres un segundo referéndum de independencia tan pronto como en octubre de 2023.
Por otra parte, no hace ni un año, el entonces príncipe de Gales actuó como representante de su madre en la ceremonia en la que Barbados se proclamó república después de casi cuatro siglos bajo la corona británica. Carlos III sigue siendo rey de otros 14 países, además del Reino Unido. Pero ya hay algunos, como Jamaica o Australia, que han comenzado a dar señales de querer deshacerse de la institución monárquica.
El féretro de la reina Isabel II es depositado sobre una cureña de artillería y abandona Westminster Hall. Ciento cuarenta y dos miembros de la Marina Real (Royal Navy) transportan el carro de cañón ceremonial en procesión desde la sede del Parlamento hasta la aledaña abadía de Westminster.
El féretro de la reina Isabel II se encuentra ya en la Abadía de Westminster. El féretro ha abandonado abandona Westminster Hall y ha sido trasladado a la Abadía, apenas a 100 metros, en un armón de artillería tirado por marineros. El nuevo rey Carlos III y sus tres hermanos (Ana, Andrés y Eduardo), así como sus hijos, los príncipes Guillermo y Enrique, han enfrentado en la Abadía tras el féretro los restos mortales de la soberana, que ha entrado en los hombros de la Guardia Real. Jefes de Estado de numerosos países, primeros ministros, reyes y príncipes asisten al funeral.
Cuatro días ha permanecido el féretro con los restos de la Reina Isabel II en el Palacio de Westminster, sede del parlamento de Reino Unido. Miles de personas han aguantado largas colas para poder despedirse de la monarca. El parlamento también ha recibido al nuevo rey, Carlos III.
José María Pérez, más conocido como 'Peridis', arquitecto, escritor y dibujante, explica en Las Mañanas de RNE que los miembros de la Casa Real británica dan juego mucho juego para retratarles en viñetas. Y recuerda que no solo se está enterrando a la Reina “sino en alguna medida al Papa de la Iglesia anglicana.” Como arquitecto explica que la imagen que tenemos de la abadía de Westminster es de un gótico muy tardío que “es el arte inglés por excelencia.”