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Encontrar el camino correcto, una fórmula satisfactoria para todos porque una eventual quiebra griega tendría "severas consecuencias" para todos. Lo ha dicho Angela Merkel después de reunirse con el primer ministro finlandés, uno de los más escepticos con Grecia. Tanto que pidieron garantías extra a Atenas. Frente a todos los rumores, el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, califica de irresponsables a los que siguen hablando de suspensión de pagos en Grecia.

Los examinadores de la 'troika' -Comisión Europea, Banco Central y FMI- han retrasado hasta el lunes su visita a Atenas prevista para el miércoles. Mientras, Bruselas ha enviado a otro equipo para reorientar al gobierno griego sobre cómo utilizar mejor el dinero de las ayudas.

Otro punto caliente es la economía italiana. Europa confía en el plan de ajuste de Berlusconi. Fundamental -dicen Van Rompuy y Barroso- para garantizar la estabilidad y supervivencia de la Eurozona. Y a otro de los paises rescatados, a Portugal -que ya ha recibido un nuevo tramo de ayuda-, Bruselas y el FMI le piden más esfuerzo: nuevas medidas para ahorrar otros 1.000 millones de euros.

La apertura de un juicio en Portugal en el que, por primera vez, se sienta en el banquillo un supuesto etarra por delitos cometidos en este país, ha sacado a la luz los intentos de ETA por actuar desde suelo luso. Entre fuertes medidas de seguridad, que han causado muchas molestías a los lisboetas, han declarado la mitad de los testigos contre el presunto etarra Andoni Zengotitabengoa, acusado de fabricar explosivos en la base portuguesa de Obidos.

La primera sesión del juicio ha concluido este martes con la decisión del tribunal luso de prolongar la vista un día más, el próximo 4 de octubre, para que se pueda oír a la treintena de testigos previstos, ya que en la segunda sesión programada para este miércoles no iba a ser suficiente para recoger todos los testimonios.

Varios de los once testigos que declararon hoy identificaron a Zengotitabengoa y a otro presunto terrorista, Oier Gómez Mielgo, detenido en Francia, como los inquilinos del chalet de la cercana localidad de Obidos en la que, según los fiscales, guardaban más de una tonelada de explosivos para cometer atentados en España.

Europa y Atenas buscan una solución para evitar que Grecia se declare en quiebra. El Gobierno griego sigue esforzándose en tomar medidas de última hora para tapar agujeros financieros y, de paso, convencer a sus socios europeos y al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que hace lo posible para reducir el déficit y de que el país aún puede salvarse de la bancarrota. Mientras, los líderes de la Unión Europea en general, y Angela Merkel en particular, sacan la cara por Atenas, y subrayan una y otra vez que Grecia no caerá. En busca de nuevas soluciones la canciller alemana, el presidente francés y el primer ministro griego se reunirán este miércoles mediante una videoconferencia. En esa política de mostrar que hace los deberes para recortar gastos, el Ministerio de Finanzas de Grecia ha ordenado este martes a 151 empresas con participación estatal reducir sus plantillas en un 10%. En total, unas 20.000 personas.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha tratado de nuevo de calmar a los mercados en un fugaz y polémico viaje a Bruselas y Estrasburgo en el que logró palabras de confianza de los dirigentes de las instituciones europeas en una nueva jornada turbulenta para la economía italiana, cuya prima de riesgo ha subido hasta los 390 puntos básicos. Tanto en Bélgica como en Francia, el mandatario italiano ha restado peso a la zozobra de la economía de la república al señalar que "el problema no es de Italia sino de la credibilidad europea" y que la bases económicas de su país son "muy buenas". "El déficit público es el segundo más bajo de la UE tras el alemán, las familias italianas están ahorrando y las empresas conteniendo su déficit", ha asegurado.

Después del runrún de los últimos días, la canciller alemana ha rechazado tajantemente esta mañana las especulaciones sobre la posibilidad de que Grecia se declare insolvente, insinuadas por algunos de sus socios de Gobierno. Merkel asegura que esa situación sería fatal para toda la zona euro y lamenta las declaraciones que añaden leña al fuego. El ministro de Finanzas alemán tampoco quiere pensar en ese escenario pero insinúa que su Gobierno tiene un plan B por si Grecia cae. Y Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea, acusa de irresponsables a los que hablan de una suspensión de pagos en Grecia. "Una quiebra de la zona euro por la separación de uno de sus miembros o un impago de uno de los países de la zona euro tendría consecuencias mucho mas graves de lo que algunos se imaginan", asegura el comisario español.

La Comisión Europea ha enviado hoy un grupo de expertos a Atenas, que darán ayuda técnica a Grecia para poner en marcha sus reformas e identificar los proyectos más interesantes para el desarrollo y el empleo antes de desbloquear los fondos estructurales europeos.

Si Grecia no pudiera hacer frente a los pagos, se maneja la posibilidad de que reestructure su deuda, lo que supondría o bien aumentar los plazos de devolución, bajar los tipos de interés o que los que compraron sus títulos les perdonen parte de esa deuda.

Donde las cosas parecen estar mas encarriladas es en Portugal. El Fondo Monetario Internacional ha aprobado el segundo tramo de la ayuda acordada en mayo. Son casi 4.000 millones de euros del total de 27.000 millones previstos en el plazo de tres años.

Tres investigaciones, una del organismo nuclear, otra policial y una tercera laboral, intentan aclarar las causas de la explosión de ayer que causó un muerto y cuatro heridos en el sur de Francia.

Los rumores sobre un posible anuncio de Merkel y Sarkozy para solucionar la crisis griega han impulsado al alza los mercados, pero el CAC 40 parisino sigue en rojo tras el desmentido oficial del Elíseo. Se especulaba con una posible quita de la deuda griega, lo que supondría una quiebra ordenada de Atenas, aunque tampoco puede descartarse que el eje franco-alemán decida dar su bendición a los eurobonos para calmar los ataques al euro.

José Ramón de Espínola, profesor de la cátedra Jean Monnet de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, cree que la suspensión de pagos de Grecia es "inevitable". En su opinión, Bruselas intenta demorar la quiebra para que los bancos europeos, sobre todo franceses y alemanes, ganen tiempo. Además, reclama "más Europa" para evitar el contagio de otros países (13/09/11).