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  • La crisis económica en Europa evoca viejos conflictos religiosos
  • Los países del norte protestante quieren meter en cintura al sur católico
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Esta es la primera visita de Estado, rodeda de polémica porque muchos diputados ya han anunciado que boicotearán esta tarde su discurso ante el Parlamento alemán.

Benedicto XVI ha llegado este jueves a Alemania en la tercera visita a su país natal. La visita cuenta con una fuerte oposición de grupos políticos, sociales y víctimas de casos de pederastia.

El avión del Pontífice, un Airbus A320 de la compañía italiana Alitalia, bautizado como "George Bizet", ha llegado a las 10.30 al aeropuerto de Tegel. Allí, Benedicto XVI y su séquito han sido recibidos a los pies de la escalerilla por la canciller, Angela Merkel, entre otras autoridades.

Durante su viaje en avión, Joseph Ratzinger ha declarado a los periodistas que la pederastia es un "crimen" y ha dicho entender las protestas contra su visita a Alemania.

El papa ha asegurado que era "lógico que las personas se puedan sentir escandalizadas" por los abusos sexuales por parte de clérigos a menores y que la Iglesia trabajará desde dentro contra este escándalo.

El Gobierno de Atenas ha anunciado este miércoles un nuevo paquete de medidas para reducir el déficit, cumplir así con lo pactado con sus acreedores y que llegue la ayuda del FMI, BCE y UE, la denominada troika. Entre ellas destacan el recorte de las pensiones superiores a los 1.200 euros en un 20%, el despido de 30.000 funcionarios este año (que se quedarán en la reserva) o la extensión del nuevo impuesto sobre los inmuebles hasta, por lo menos, el año 2014. Además, los jubilados con menos de 55 años de edad perderán el 40% del importe de sus pensiones. Atenas también ha decidido acelerar las reformas y las privatizaciones de las empresas públicas, uno de los puntos en los que más se han incidido desde la troika.

El día después, el veredicto de S&P, que ha rebajado la calificación económica de Italia, es portada en toda la prensa, excepto para el periódico de la familia Berlusconi. La valoración de la agencia se interpreta, en general, como una señal de alarma, sin eludir peticiones de dimisión del primer ministro. No han convencido los dos planes de ajuste aprobados en el parlamento. Y el elevado endeudamiento público, situado en torno al 120% del PIB, hace prever una nueva rebaja en la calificación, dentro de pocos meses.

El profesor Paolo León, considera positivo que las familias italianas estén poco endeudadas. Pero si la economía no crece y el país pierde prestigio exterior, añade, la situación empeorará. "Los planes de ajuste son útiles en breve período, pero no sirven para nada, porque el verdadero problema no es reducir el gasto, sino aumentar el crecimiento".

La crisis se nota en los mercados y no sólo en el parqué: falta trabajo y el consumo se ha reducido.

La troika volverá la próxima semana a Atenas, después de que el Gobierno griego se haya comprometido a nuevos que recortes que aprobará hoy mismo el consejo de ministros. Afectarán a pensionistas y funcionarios. Las medidas encontrarán su contestación en la calle con una nueva convocatoria de huelga general.

Los agentes cargan contra un grupo que protestaba contra las repatriaciones. Algunos de los inmigrantes amenazaron con hacer estallar bombas de gas. Previamente, vecinos de la isla habían lanzado piedras contra los manifestantes. Los disturbios comenzaron ayer cuando un grupo de inmigrantes prendió fuego al centro de identificación y expulsión de inmigrantes de Lampedusa, desbordado por la llegada masiva en los últimos meses sobre todo de refugiados libios y tunecinos.