Si hay una foto que Nicolás Sarkozy esperaba con impaciencia, es la de los líderes del G.20, con él en el centro. Había preparado todo para que la Cumbre de Cannes fuera su consagración como líder mundial. En lugar de eso, las primeras fotos, serán las de un fracaso: la amenazante crisis griega., Angela Merkel había preparado una agenda minuciosa presidida por un objetivo: una tasa a las transacciones financieras. Sabiendo de antemano la oposición de Estados Unidos, y Gran Bretaña, Merkel se resigna a la Eurozona.
Quizá más irritados que sorprendidos, porque Papandreu ya había amagado con un referéndum, los líderes europeos acuden a Cannes sabiendo que, en lugar de plantear propuestas y pedir compromisos, tendrán que prepararse para responder por qué no han solucionado ya la interminable crisis griega.