La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, se ha referido este sábado a la cumbre de Patriots como la "fachaparty". Le acusa de defender un patriotismo falso, "su lema se ciñe a 'Todo por la pasta'" y aseguran que PP y Vox son lo mismo. A Alberto Núñez Feijóo se ha referido como "líder menguante".
Quien ha evitado valorar la cumbre es el PP, aunque sí han hecho una referencia velada a los de Santiago Abascal: "Hay algunos que en lugar de atacar a Pedro Sánchez, están en atacar al PP. Pero que no se equivoquen, el problema está en el Gobierno", ha señalado Cuca Gamarra.
Sí critican directamente al Ejecutivo en el tema de la inmigración, al que acusan de beneficiar a sus socios para seguir en el poder, dejando fuera del reparto de menores migrantes a Cataluña y el País Vasco. "Manera mezquina de hacer política. Se usan a los menores como moneda de cambio".
Críticas desde el PP nacional, a un acuerdo cerrado entre el Gobierno central y el canario, del que los populares forman parte. El presidente de Canarias, socio del PP, restaba importancia a la polémica.
Los principales líderes de la ultraderecha europea se dan cita este viernes y sábado en Madrid, en un cónclave de Patriotas por Europa y con Vox como anfitrión, que busca mostrar unidad y trazar la estrategia del grupo. Con menos de un año de vida, aspira a imponer su agenda en la escena internacional más allá del continente europeo, bajo la sombra del triunfo de Donald Trump.
En Alemania el Parlamento ha rechazado el proyecto de ley del partido CDU, apoyado por la ultraderecha, para endurecer la política de inmigración. Esto sucede dos días después de que la CDU haya roto el cordón sanitario a la extrema derecha. Steven Forti, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona y experto en fascismos, nos cuenta en 24 Horas de RNE que hay una respuesta de los ciudadanos alemanes "hoy ha habido manifestaciones importantes", pero considera relevante que "se está agrietando el cordón sanitario que se había mantenido con fuerza por parte de la derecha tradicional alemana frente a la extrema derecha".
Steven advierte de la situación en otros países europeos: "En Austria la extrema derecha pacta con los conservadores desde hace un cuarto de siglo". Cree que si Friederich Merz, líder de CDU, hace una colaboración de Gobierno será "un giro fundamental para Alemania y para Europa [...] pero que por el peso económico y simbólico de Alemania en el conjunto de la UE va a tener consecuencias muy, muy graves", ha afirmado.
Se cumplen 80 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau, el campo de exterminio donde más de un millón de personas fueron asesinadas en las cámaras de gas, la mayoría judíos. Varios países han acudido al acto conmemorativo, entre ellos España, Francia y Ucrania. Sin embargo, ha habido dos ausencias importantes: Rusia, que liberó el campo, y Netanyahu, alto representante del pueblo judío. Su orden de detención por la Corte Penal Internacional por un posible genocidio contra los palestinos debería ser ejecutada por Polonia
Los jóvenes europeos parecen recordarnos nuestra mala memoria: un 42% de la juventud francesa nunca ha oído hablar del Holocausto y más de un tercio de la británica no puede nombrar un campo de concentración, tampoco el de Auschwitz.
Hablar de Mussolini 80 años después de su muerte sigue ejerciendo un efecto divisorio entre los italianos. Cada año, ante su tumba, no faltan los nostálgicos del fascismo que, brazo en alto, ensalzan su memoria.
La serie M, que acaba de estrenarse bajo la dirección del británico Joe Wright, ha resucitado la polémica. En ella, Mussolini se presenta como un megalómano que disfruta de los placeres de la vida mientras los camisas negras cometen atrocidades. La serie, que está barriendo en audiencia, no ha gustado en algunos círculos de la ultraderecha. Al presidente del Senado, que presume de coleccionar bustos de Mussolini, le parece que no enseña nada, que solo le ridiculiza.
La ficción se basa en un libro del conocido escritor italiano Antonio Scuratti que reconoce que cedió a las intenciones del director de darle ese tono de humor negro.
En Italia, a diferencia de España, no existe una ley de memoria historia para borrar la huella del dictador. No es extraño ver en muchos lugares de Roma el símbolo que dió nombre a su partido, el fascio.