En la comisaría de Limoges (Francia) donde están detenidos los dos presuntos etarras, agentes de la subdirección terrorista de París y policía judicial reconstruyen paso a paso los desplazamientos que realizaron después del tiroteo. La principal incógnita, por qué tras escapar 50 kilómetros y abandonar el vehículo regresaron a las inmediaciones donde se saltaron el control policial pese a haber activado un plan de búsqueda. Una de las hipótesis que barajan los investigadores es que ambos tuvieran una vivienda donde refugiarse.
Hace tan solo dos semanas Oier gómez escapó de otro control policial a tan solo 100 kilómetros de donde ayer fue detenido. Y en todo este tiempo no se ha movido de la región. Eso refuerza la línea de investigación abierta. A diferencia de aquella fuga, esta vez el presunto etarra sí utilizó su arma para evitar el arresto.
Según el coronel de la Gendarmería de la región, claramente, una vez que usaron las armas contra los vehículos de la gendarmería, hubo una intención criminal y los tiros eran para matar.
Eso motivó que la policía francesa desplegara en los departamentos de la región todos los medios humanos y técnicos disponibles. Se desplazaron más de 300 agentes en las inmediaciones de la zona, cuenta el coronel, para localizar a los presuntos etarras.
La evolución del gendarme herido, que se encuentra en el Hospital de Limoges es buena y esta misma tarde podría ser dado de alta.