En medio de enorme expectación Sarkozy llegaba, en torno a la una de la tarde, al Tribunal de París donde será juzgado por corrupción y tráfico de influencias. El que fuera Presidente de la República desde el 2007 al 2012 se enfrenta hasta a diez años de cárcel por intentar corromper a un magistrado que era abogado ante el Supremo, para que le ayudara en una investigación en su contra. Esto se supo porque el ex presidente tenía pinchado el teléfono ya que se le investigaba también por otro caso. Sarkozy llegó a tener una línea telefónica con un nombre falso para este tipo de "conversaciones conspiratorias" con su abogado, según la investigación.
Sarkozy tiene 65 años y está retirado de la política. Dice que es inocente y que está siendo víctima de un complot político. Tiene otros dos procedimientos judiciales pendientes relacionadas con la presunta financiación ilegal de la campaña presidencial del 2012 y la del 2007, para la que habría recibido fondos del régimen de Gadafi.
Nunca Francia ha visto a un expresidente en el banquillo. Chirac, ya fallecido, fue juzgado y condenado por desvío ilegal de fondos pero no llegó a comparecer por su frágil estado de salud.