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Las tierras raras sirven para producir las baterías eléctricas de los coches o los paneles solares, entre otras cosas. Pero se extraen, ineludiblemente, junto a uranio. Más allá del dilema medioambiental, la mina puede cambiar radicalmente la importancia geopolítica de la isla más grande del mundo, después de Australia: "Convertirá a Groenlandia en un actor relevante, porque aquí se producirán entre el 15 y el 20% de las necesidades de estos metales claves para una transición ecológica mundial", dice el responsable de la empresa minera, que asegura que el porcentaje de uranio aquí es muy bajo y no hay nada que temer.

El 80% de la producción mundial de tierras raras está en manos de China. También hay capital chino en este proyecto groenlandés, pero muchos locales creen que la rentabilidad de la mina puede ser su pasaporte hacia la independencia de Dinamarca. Un viejo sueño que, por fin, podría cumplirse, quizá a un alto precio.

La primera ministra insiste en que “no se puede comprar una isla que no está en venta”. Trump, que decide cancelar su visita a Dinamarca, provoca un gesto ofensivo según la clase política danesa.

Terminamos con la última idea del presidente del EEUU. Donald Trump quiere comprar Groenlandia. Numerosos medios estadounidenses aseguran que Trump ha mencionado esta cuestión varias veces en las últimas semanas. Las versiones de los medios no aclaran cuáles son sus intereses, aunque algunos especulan con los recursos naturales de la isla, que es la más grande del mundo y otros, con la importancia geoestratégica por su cercanía al Ártico.

Esta tarde, en Bilbao, se entregan los Premios de la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento que galardonan a gente de tanto renombre como el lingüista Noam Chomsky en la categoría de humanidades o a John Adams en la de música. Entre los ocho galardones hay varios cienfíticos. Nuestra compañera Luisa Pérez ha hablado con la francesa Anny Cazenave, que recibe el premio por sus aportaciones al conocimiento del cambio climático y en concreto al aumento del nivel del mar.

El hielo de Groenlandia se está derritiendo más rápido de lo que los científicos creían, y el ritmo de deshielo se ha cuadruplicado en los últimos 15 años. Este alarmante descubrimiento científico realizado con datos de satélites de la NASA podría acelerar la subida del nivel del mar. El estudio, divulgado por la revista PNAS, que cada semana publica la Academia Nacional de Ciencias estadounidense arroja nueva luz sobre los efectos del cambio climático. Hasta el momento, la comunidad científica había alertado de la desaparición de parte de los grandes glaciares del sureste y nordeste de Groenlandia, de los que se desprenden trozos de hielo del tamaño de un iceberg y luego se derriten en el océano Atlántico. Los investigadores han comprobado que entre 2003 y 2013 la mayor parte del hielo se perdió en el suroeste de la isla, donde casi no hay glaciares, lo cual demuestra, según los científicos, que los glaciares se están derritiendo a medida que las temperaturas globales aumentan, lo que hace crecer el nivel del mar y peligrar ciudades como Miami, Nueva York, Bangladés, Shangai y las Islas del Pacífico. Tan grave es la situación que uno de los autores del estudio, Michael Bevis, profesor de geodinámica de la Universidad estatal de Ohio, opina que es demasiado tarde para solucionar el problema, y lo único que podemos hacer es adaptar y mitigar un mayor calentamiento global. Si se derritiera todo el hielo de Groenlandia, el nivel del mar crecería hasta siete metros, lo que sumergiría bajo el agua la mayoría de ciudades costeras del planeta.