El gobierno canario sospecha que de los 2.600 menores que tiene acogidos, unos 600 tienen más de 18 años. Por ello, cada semana se realizan 40 pruebas óseas a supuestos menores en el hospital y se compara la radiografía resultante con la de un atlas segmentado por sexo y por edad. La pandemia hizo que durante once meses no hubiera exámenes, con lo que el bloqueo es considerable. Todavía quedan pendientes mil pruebas del año 2020. Son clave para saber qué hacer con ellos. Solo en febrero se detectaron 54 adultos, que podrían ser repatriados.
Foto: Centro de menores en Santa Brígida, Gran Canaria (EFE/Elvira Urquijo Á.)