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El secretario de Estado de la Unión Europea, Juan González Barba, ha insistido en Melilla, tras reunirse con su presidente, que el Gobierno está considerando pedir visado a los marroquíes para entrar tanto en Ceuta como en Melilla.

La medida requerirá el consenso suficiente de las fuerzas políticas. El Gobierno ha reconocido que la medida responde a la entrada irregular de casi 10.000 marroquíes en Ceuta el mes pasado.

Ceuta y Melilla han agradecido el apoyo del Gobierno y del Parlamento Europeo, que este jueves aprobó una moción de condena por el uso de Marruecos de la emigración como presión.

Exigir un visado supondría hacer controles directamente en la frontera terrestre con Marruecos. Aunque los pasos están cerrados por la pandemia, lo habitual era que miles de personas cruzaran diariamente para importar productos, trabajar o ir al médico.

El próximo lunes el presidente Pedro Sánchez se reunirá con Joe Biden en Bruselas. Todavía no se conoce la posición del presidente de EE.UU. sobre el Sáhara Occidental después de que Donald Trump reconociera en diciembre la soberanía marroquí sobre el territorio. Pero el portavoz del Departamento de Estado ha avanzado a los periodistas que hay diferencias importantes y muy profundas sobre su visión de la región.

Foto: Un soldado asiste a un menor en Ceuta. ANTONIO SEMPERE/AFP4

Carmen es la mentora social de Mamadou, un joven inmigrante de Guinea Conakri que sueña con estudiar Ingeniería Informática y que vive desde hace dos años en España. Se conocieron a través de la ONG Punt de Referencia, que intenta cuidar la salud mental y emocional de los inmigrantes. Mamadou ha combatido la soledad que sufre desde que llegó gracias a Carmen, voluntaria. Ella dice que ha aprendido a ver la vida de otra forma. Nos cuentan su historia en este reportaje de Minerva Oso.

Unos 400 menores siguen alojados en unas naves industriales que, según varias ONG, no cumplen las condiciones sanitarias y tampoco están recibiendo una buena alimentación. Las organizaciones denuncian hacinamiento, falta de ventilación y luz natural y malas condiciones de alimentación, vestuario o higiene.

Este jueves, el ministro de Inclusión y Migraciones, José Luis Escrivá, ha confirmado que ha pedido ayuda a la Comisión Europea. Concretamente cerca de diez millones de euros para atender a este colectivo.

Foto: EFE/ Brais Lorenzo

Hace menos de un mes Ceuta vivía una gran crisis con la entrada de unas 9.000 personas, buena parte de ellos menores. Muchos de ellos permancen en la ciudad y, según denuncian organizaciones humanitarias, malviven en las calles en condiciones infrahumanas. Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso habla con Patricia Fernández, portavoz de la Coordinadora de Barrios para el Seguimiento de Menores y Jóvenes, que lleva días trabajando en Ceuta y siguiendo muy de cerca el estado de estos niños y adolescentes. "Como sociedad no consentíamos que hubiera un niño en la calle, ahora lo admitimos porque es un migrante y está en el foco del discurso del odio", ha afirmado rotunda.

Después de la crisis migratoria que recuerdan las Islas Canarias desde 2008, miles de menores que han llegado sin sus familias a las costas del Archipiélago en los últimos meses se forman para intentar conseguir un futuro para ellos y también para sus padres y hermanos en sus países de origen. El Gobierno autonómico, que ha tenido que reaccionar al aumento de llegadas con la apertura de 29 centros de acogida, tutela en estos momentos a más de 2.700 de estos niños y niñas. Visitamos uno de esos centros en Santa Brígida, en Gran Canaria, donde los gestores de la organización Quorum Social 77 nos explican su labor y los propios menores nos cuentan su experiencia y nos hablan de sus aspiraciones. El primer paso es aprender español para conseguir un trabajo que les permita enviar dinero a sus familias, pero se enfrentan también a otros retos. Han tenido que madurar a la fuerza, pero buscan también momentos de diversión.

Un reportaje de Elena Yanes.

En Túnez, muy cerca de Libia, un artista argelino ha creado ‘El jardín de África’, un cementerio, un memorial para las miles de personas que han muerto ahogadas intentando cruzar el Mediterráneo desde el continente pobre. Son cientos de tumbas entre jazmines, naranjos y olivos que quieren devolver la dignidad a estos seres humanos. Hoy, organizaciones como la UNESCO han participado en un homenaje en esa isla de Yerba. A él ha asistido nuestra enviada especial,  Ebbaba Hameida.

Varias organizaciones humanitarias de Ceuta denuncian en un informe las condiciones que están sufriendo los niños y jóvenes llegados de forma irregular desde Marruecos. Estas ONG alertan de que el hacinamiento, la insalubridad o la escasez de alimentos están suponiendo una grave amenaza para su salud. Informa Minerva Oso.

Amina duerme en la puerta del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta desde hace tres días. Es una joven saharui que ha solicitado asilo en nuestro país. “Estoy en una situación límite. Dormir en la calle para una chica no es fácil”, admite. La ONG Andalucía Acoge denuncia que en el centro no se está aceptando a los marroquíes. “Personas marroquíes con perfil vulnerable no están siendo acogidas en el CETI por su nacionalidad”, afirma Marina Pérez Hurtado de la ONG. La situación se agrava porque Ceuta no tiene más recursos de acogida. La gran demanda de peticiones de asilo de cientos de marroquíes está colapsando un sistema ya precario, lo que perjudica a las personas que realmente necesitan ser acogidas.

Informa Minerva Oso

A punto de cumplirse tres semanas de la entrada masiva de migrantes en Ceuta, alrededor de un millar de personas siguen viviendo en la calle, escondiéndose de la policía para evitar ser expulsados, 300 de ellos son menores. Said tiene 22 años y es de Rabat. Se coló por un desagüe el día 18 y dice a RNE que vive mejor en las calles de Ceuta que en Marruecos. Tiene cita para pedir asilo para el día 29 de diciembre. “Vivo en un pequeño parque. Nos dan comida y nos lavan la ropa. Quiero un trabajo”. Cáritas lleva casi tres semanas repartiendo alimentos en la calle. Manuel Gestal, director de Cáritas en Ceuta, admite que la ciudad no puede acoger a más menores. “Hay que buscar una solución para que vuelvan con sus padres o vayan a la Península porque aquí no tenemos [capacidad]”.