Por primera vez en muchos días pasan la noche a resguardo. Cientos de migrantes en la frontera de Bielorrusia con Polonia reciben comida, agua y un techo donde guarecerse. Pero, dicen, con la vista ya puesta en volver a su país. La propaganda Bielorrusia muestra su lado más compasivo con este albergue al tiempo que difunde estas imágenes: declara que son fuerzas lituanas alejando de la frontera a los migrantes, aunque Lituania asegura que muestran a agentes bielorrusos azuzándoles para que entren en Europa. Mientras, desde el lado polaco insisten en que los migrantes cada vez son más agresivos.
Han pasado 6 meses de esas imágenes: la llegada masiva de migrantes a Ceuta, más de 10.000 en pocas horas. Marruecos facilitó esa situación como represalia, por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali. Ceuta se desbordó en poco tiempo. Hemos recorrido sus calles para ver cómo están las cosas medio año después.
Para conocer la situación de los menores que llegaron a Ceuta hace seis meses, Javier Mohedano, ha hablado con cuatro de ellos. Entre ellos no se conocían, vienen de diferentes ciudades marroquíes, pero les une la misma realidad.
Huyen de su país porque no pueden más: "Yo vine porque soy gay y tenía problemas con mi familia", ha asegurado uno de los menores con los que ha hablado Mohedano en La Hora de la 1. El menor de 17 años ha asegurado que le gustaría estudiar peluquería.
Cuando los menores escuchan la posibilidad de ser devueltos a Marruecos coinciden en una misma idea: "No puedo volver a Marruecos porque no hay derechos. Cuando escucho hablar de esta noticia tengo tanto miedo que quiero esconderme", han asegurado.
Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y de Seguridad, acusa al régimen de Alexandr Lukashenko en Bielorrusia de "convertir a seres humanos en proyectiles impactando contra la frontera". "Niegan toda responsabilidad en el asunto, pero buscan responder a las sanciones con lo que ahora en Bruselas se llama una agresión de tipo híbrido. No es la guerra ni la paz, es una situación intermedia en la que cualquier cosa se utiliza como arma, como el gas", ha asegurado Borrell en una entrevista en La Hora de La 1.
Ante esta situación, en la que miles de migrantes se concentran en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, "lo primero es parar el flujo de personas a las que se les engaña diciendo que tienen abierto el camino a Europa pasando por Bielorrusia". "Hemos tenido que entrar en contacto con muchos países para decirles que paren esos vuelos", ha explicado. Con ello "hemos conseguido parar buena parte de los flujos de entrada pero se desplazan, ahora a Asia Central".
Borrell ha pedido a las autoridades bielorrusas que "alejen a las personas de la frontera, que dejen entrar a organizaciones de Naciones Unidas, que ya lo están haciendo, y si no se puede conseguir una solución local que haya vuelos de repatriación voluntaria para quienes desean volver".
"Esta clase de problemas no se van a resolver levantando un gran muro alrededor de Europa para convertirla en una isla de prosperidad rodeada de un muro de miseria - ha advertido el Alto Representante de la UE - En las fronteras hay obstáculos, en Ceuta y Melilla no hay un muro, pero hay vallas. No creo que la UE tenga que dedicarse a financiar la construcción muros".
Crece la tensión en lafrontera entre Bielorrusia y Polonia, donde se han producido enfrentamientos entre la policía polaca y cientos de migrantes que trataban de pasar. Dos horas de enfrentamientos que han dejado, al menos, un policía herido grave. Polonia insiste: el régimen de Minsk les alienta a cruzar y se plantea pedir ayudar a la OTAN. De momento, la policía polaca ha recurrido a cañones de agua y gases lacrimógenos mientras los migrantes que trataban de cruzar respondían con piedras.
La tensión aumenta en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, en la que se concentran miles de migrantes venidos de Oriente Medio con la intención de entrar en territorio polaco.
Los agentes de seguridad polacos apostados al otro lado de la valla en el paso fronterizo de Kuznica han usado cañones de agua, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras contra la multitud concentrada en el otro lado, después de que estos les arrojaran piedras y rompieran la valla, según han informado las autoridades polacas.
Imágenes facilitadas por el Ministerio de Defensa y la Guardia de Fronteras muestran la escalada del enfrentamiento. Minutos después, los migrantes se han retirado de la alambrada.
La tensión aumenta en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, en la que se concentran miles de migrantes venidos de Oriente Medio con la intención de entrar en territorio polaco.
Los agentes de seguridad polacos apostados al otro lado de la valla en el paso fronterizo de Kuznica han usado cañones de agua, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras contra la multitud concentrada en el otro lado, después de que estos les arrojaran piedras y rompieran la valla, según han informado las autoridades polacas. La Policía informa de un agente herido grave en la cabeza.
La UE acusa a Bielorrusia de favorecer la llegada de los migrantes y ha llegado a calificar esto como un "ataque híbrido" en su contra. Este lunes, Bruselas acordó imponer un nuevo paquete de sanciones. El vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, busca la ayuda de los países de tránsito y origen de los migrantes y ya ha visitado Emiratos Árabes, Líbano e Irak, y próximamente visitará Turquía.
Ibrahim quiere escapar con su hijo de su país, un Líbano inmerso en una profunda crisis económica. El objetivo es Bielorrusia. "Es el único país que permite que lleguemos a Europa. Nuestra única oportunidad", se lamenta. Allí, las agencias ofrecen vuelos por unos mil euros, pero ya están llenos. En Minsk esperan ya muchos migrantes que sí lo han conseguido. Fue fácil, dice este iraquí: "Pagué 2.040 dólares". A dos hombres, en el lado polaco, les atiende una ONG con síntomas de congelación y al borde de la hipotermia. Al menos ocho han muerto ya por el frío.
"Bielorrusia os ha traído engañados, no podréis pasar". Es el mensaje que la policía polaca ha lanzado en árabe a los migrantes al otro lado de la frontera, en suelo bielorruso. Mientras, aumenta la militarización de la zona con la llegada de tropas a ambos lados de la valla. La Unión Europea prevé ampliar este lunes las sanciones a Bielorrusia, incluyendo a líneas aéreas o agencias de viajes responsables de la actual situación en la frontera polaca. Lo ha anunciado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que ha afirmado que Minsk utiliza a los migrantes en represalia por anteriores sanciones.
Miles de migrantes siguen atrapados entre dos vallas en la frontera entre Bielorrusia y Polonia. La policia polaca denuncia que anoche fuerzas bielorrusas les deslumbraron con focos mientras ayudaban a abrir una brecha en la alambrada. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha negado toda complicidad con Bielorrusia en la crisis abierta con la Union Europea.
FOTO: Un migrante recibe atención médica en un campo en la frontera entre Bielorrusia y Polonia. Leonid Shcheglov / BELTA / AFP.
Para este niño de siete años un albergue de refugiados en Polonia está lejos de ser el fin de los problemas, pero es el fin de una pesadilla. Jafa salió de Irak hace un mes. Cinco días, cinco intentos de cruzar la frontera. Le da igual dónde pedir asilo, el caso es no volver. Kalid, sirio, tiene 9 hijos, perosu familia está repartida por varios países. El viaje le costó unos 3.000. A algunos les ha costado más de 12.000. Quiere llegar a un país donde tenga futuro para sus hijos, no puede volver a Siria.
Kasia Staszewska de la ONG Grupa Granica trabaja junto a un grupo de activistas y voluntarios en los bosques que rodean la frontera de Polonia y Bielorrusia donde, solo esta madrugada, ha habido unos 200 intentos de entrada de inmigrantes. La situacion en la frontera es complicado y sus medios escasos, dado que solo los locales pueden acercarse a la zona. Para el resto, Varsovia lo impide, incluida la prensa. Según los datos de esta organización, ya habrían muerto cerca de una decena de personas de frio. Informa desde la zona el enviado especial de RNE, Fernando Martínez.