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En varios pueblos afectados por el paso de la DANA en Valencia se han habilitado oficinas de información para familiares de desaparecidos. Se sitúan en Alfafar, Albal y Algemesí, y en ellos se pueden aportar datos relevantes sobre quienes no han sido localizados aún para facilitar el trabajo de los Cuerpos y Fuerzas del Estado lo máximo posible y poder encontrar a quienes se perdieron en el momento de la catástrofe. Aunque hayan pasado ocho días de la riada, los municipios afectados siguen estando incomunicados. Es posible que en medio de este caos todavía algunos familiares no hayan podido denunciar.

Nuestro compañero Luis Miguel Montes ha estado en al oficina especial de desaparecidos de Alfafar, donde el jefe de la policía científica explica que, antes de asistir, hay que tener clara la última noticia que se tuvo de la persona desaparecida "como la última localización conocida o cómo iba vestido". También son importantes las características físicas diferenciales, como tatuajes, cicatrices o peculiaridades en la dentadura.

En Pedralba, hemos hablado con Joaquín Quesada, quien perdió a su hermano Francisco, en su casa, sepultado por la riada provocada por la DANA. Nos cuenta en RNE el proceso de búsqueda, en el que siente que faltó ayuda profesional. Explica que la Policía, la Guardia Civil y los bomberos no se personaron hasta que encontraron su cuerpo: "Todo el mundo sabe que ha habido negligencia. Que se tomen medidas de más y que si luego pasa a menos, pues menos", ha sentenciado Joaquín.

Después de ocho días de una de las catástrofes más devastadoras que ha vivido España, el equipo de TVE se ha puesto en contacto con algunos de los supervivientes de la DANA. Es el caso de Gora. La riada le pilló en el coche y para ponerse a salvo se tuvo que subir a un árbol. “Hay gente que pedía ayuda y no pudimos hacer nada porque el agua era más fuerte que nosotros”, ha expresado. Por otra parte, Iván se salvó de la corriente porque se subió a un muro y una vez allí pudo rescatar a una madre y su hija.

RTVE.es ha podido tomar imágenes aéreas de la catástrofe desde un helicóptero. Hemos acompañado al Ejército del Aire y del espacio rumbo a la zona más afectada. Primer destino: Sedaví. Una realidad que impresiona hasta a los más experimentados: "Cómo está esto... Madre mía", dice uno de los soldados. Coches abandonados, casas destruidas y lodo seco, una dificultad para que aterricemos seguros. Buscamos otro sitio y recogemos suministros para ir a ayudar a los lugares afectados. Su siguiente misión, investigar en los coches si hay posibles víctimas atrapadas.

Una semana después de la DANA, los cuerpos de seguridad, técnicos y voluntarios siguen retirando los kilos de escombros que sigue habiendo en las calles de los lugares destruidos. "Ni soy operario ni nada. Estoy aprendiendo a manejar la máquina hoy", indica un voluntario que está manejando una excavadora para retirar desperdicios.

Se retiran más de 2.000 toneladas de material al día. La basura que se recoge y se lleva a una planta de tratamiento en Valencia. Están llegando todos los residuos causados por la DANA en el área metropolitana de Valencia. De hecho, han ampliado el lugar y quieren que llegue hasta los 95.000 metros cuadrados, lo que equivale a 95 campos de fútbol. Solo se recogen materiales considerados "no peligrosos", se trituran y se llevan hasta los vertederos. Finalmente, si los vertederos están llenos, se utilizan otros lugares como almacén temporal. "Estamos habilitando zonas como canteras o fincas donde depositar estos productos "no peligrosos" para continuar con su reciclado lo antes posible", asociación de fabricantes áridos, Custodio Monfort.

Para entender la catástrofe de la DANA, la mejor opción es observar la superficie con un mapa. En Chiva llovió en estos días lo que suele llover en un año. Sin embargo, hay otros pueblos inundados como Paiporta, Catarroja o Picanya donde no hubo una excesiva lluvia. El problema de que estos lugares se inundasen fue a raíz del agua que se acumuló en los ríos próximos a los pueblos. La Rambla de Bollo es un torrente que recoge el agua de dos barrancos que nacen varios kilómetros antes, a mucha más altura. Las tormentas acabaron en los ríos: una en el Magre, que se desbordó en la Alcudia y otra parte en el Barranco de Poyo, donde bajó tanta agua que cuadruplicaba el caudal del río Duero. Presas como las de Forata o el cauce artificial para desviar el río Turia salvaron a Valencia de un impacto de dimensiones incalculables.

Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud, ha recordado las recomendaciones que ha emitido Sanidad acerca del tratamiento de los alimentos y las labores de limpieza. Insiste en la necesidad de que las personas vulnerables intervengan lo menos posible en estas tareas y ruega a quienes lo hagan que incorporen las medidas de protección necesarias. Se trata de evitar la aspiración de sustancias y el contacto con el agua, para minimizar la exposición a agentes infecciosos.

Gullón asegura que han utilizado diversos canales para tratar de llegar a la máxima cantidad de población posible. Además, ha indicado una serie de síntomas con los que se recomienda acudir al médico.

La movilidad es otro de los grandes retos para llegar a las zonas afectadas por la DANA estos días. Gran parte de su población se ha quedado sin coche, por ello, la Empresa Municipal de Transportes de Valencia (EMT) ha puesto en funcionamiento una serie de lanzaderas que comenzaron a circular este lunes. Transportes que salen desde Valencia y llegan a los pueblos destruidos como Paiporta, Benetúser o Alfafar en trayectos de ida y vuelta.

Un martes por la mañana en una parada cualquiera del autobús en Valencia, donde antes había decenas de personas camino del trabajo ahora sólo hay voluntarios. No hay portátiles, ni carpetas, sólo palas y cubos. El objetivo: cazar uno de los pocos autobuses lanzadera a Paiporta.

"Ir a pie es más complicado porque hay mucho fango, cuesta llegar. Se supone que el autobús tardaba veinte minutos, pero llevamos aquí una hora", expone uno de los voluntarios. Esa espera la comparten hoy los que quieren ir a ayudar con los que viven en las zonas anegadas y estaban en Valencia reponiendo víveres y fuerzas. "Ella que es mi amiga y vive en Valencia me ofreció que viniese un día a su casa a despejarme de esa realidad. Nosotros vamos a ir andando, ayudar preguntar lo que cada uno quiere o necesita, si no necesitan nada ir a más casas", indica otra voluntaria. Una hora y media después al autobús lo reciben con vítores.

Julián sufre tetraplejia y lleva una semana aislado, junto a su mujer Concha, en su casa sin ascensor en barrio de La Torre (Valencia). Durante varios días, tampoco han podido contar con Lisandra, su auxiliar de enfermería. Como ellos, muchas personas mayores continúan atrapadas en sus casas tras la DANA.

Las comunicaciones están siendo muy complicadas desde hace días en las zonas afectadas. La luz ya está prácticamente reestablecida, pero no la telefonía. Las operadoras trabajan a contrarreloj para reponer las fibras dañadas. A pesar de las lluvias de las últimas horas, aproximadamente el 78% de los clientes de telefonía fija y móvil han recuperado el servicio desde el inicio de las averías. Algunos de los que siguen afectados están teniendo servicio por medio de estaciones portátiles desplegadas por los operadores.