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La batalla de Mosúl ha dejado una ciudad liberada y un reguero de muertos. Pero muchos yihadistas lograron salir de aquí con vida y ahora podrían volver a sus países de origen.

Es el gran temor en las calles de Marruecos. Según el Gobierno, más de 1.600 marroquíes se han unido al Estado Islámico en Siria e Irak.

Los que acaban de escapar con vida del infierno caminan aturdidos después de sobrevivir a los combates en los últimos reductos del Dáesh en la Ciudad Vieja de Mosul. Algunos, dice a TVE un funcionario de inteligencia, son familiares de combatientes yihadistas; otros traen consigo historias terribles. Jaled nos cuenta que intentó escapar del Dáesh con su mujer y su hija pero les detuvieron. A la niña la mataron y no sabe nada de su esposa desde hace 40 días. El enviado especial de TVE, Óscar Mijallo, ha sido testigo de ese goteo constante de desplazados.

Las tropas iraquíes combaten a las bolsas de resistencia que el Estado Islámico aún mantiene en el oeste de Mosul. Las autoridades aseguran que son pequeños focos, pero con ellos mantienen rehenes civiles, familias enteras. Por eso, según informa el enviado especial de TVE a la zona, la coalición ha disminuido la intensidad de los bombardeos. La máxima preocupación es impedir la huida de milicianos del Dáesh.

El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, ha proclamado este lunes la completa liberación de Mosul frente a "la brutalidad y el terrorismo" del Estado Islámico, en un comunicado difundido por los medios iraquíes que ratifica la recuperación de la ciudad después de tres años bajo el yugo de los yihadistas, que la habían convertido en la capital de su autoproclamado califato.

  • La pérdida de control territorial puede obligarle a modificar su estrategia
  • Las autoridades temen el regreso a técnicas de insurgencia propias de Al Qaeda
  • Su derrota puede reabrir las tensiones sectarias entre suníes, chiíes y kurdos

El Ejército iraquí ha anunciado la liberación de la zona de Al Midán en el casco antiguo de la ciudad de Mosul, y ha señalado que los yihadistas ya solo resisten en el distrito de Al Qaliyat situado también en la zona histórica de la urbe, la segunda más grande del país. Irak lanzó en octubre del año pasado una ofensiva para liberar Mosul del control del Estado Islámico. Desde entonces, las tropas iraquíes, apoyadas por milicias y por el ejército kurdo "peshmerga", han arrebatado a los extremistas amplios territorios que habían ocupado en verano de 2014.

Mosul cayó en manos del Daesh en junio de 2014 cuando las tropas iraquíes destinadas en la ciudad huyeron ante la llegada inminente de los yihadistas, dejando atrás armas y municiones. Irak lanzó en octubre del año pasado una ofensiva el para liberar Mosul del control del Estado Islámico. Desde entonces, las tropas iraquíes, apoyadas por milicias y por el ejército kurdo "peshmerga", han arrebatado a los extremistas amplios territorios que habían ocupado en 2014.

  • RTVE entrevista a Mónica G. Prieto y Javier Espinosa, autores de La semilla del odio
  • La guerra de Irak no sólo destruyó el país, abonó el caos en toda la región
  • Hoy se cumplen tres años de la proclamación del califato de terror del Dáesh

Mónica G. Prieto y Javier Espinosa han escrito 'La semilla del odio', un libro en el que explican cómo la invasión "destruyó el país de la noche a la mañana" y sembró el caos que sigue sacudiendo a Oriente Medio. Un caos que fue terreno abonado para la violencia sectaria que desangró Irak o para el nacimiento de un grupo sanguinario, el autodenominado Estado Islámico.