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  • El presidente de EE.UU. y el líder de Corea del Norte celebran una cumbre histórica
  • Trump busca un éxito de resonancias históricas e incluso cerrar la Guerra de Corea
  • Kim quiere reconocimiento internacional y garantizar la supervivencia de su régimen
  • Ninguno de ellos acaba de fiarse del otro y el proceso, si se mantiene, será largo

El presidente de Estados Unidos ha cancelado este jueves la reunión que tenía previsto mantener en junio con el líder norcoreano, Kim Jong-un, con el argumento de la "tremenda ira y abierta hostilidad" mostrada por el país asiático y ha advertido de que su país "está preparado" para responder militarmente a cualquier actuación norcoreana, en un retorno a la retórica beligerante que caracterizó su estrategia hasta hace apenas dos meses.

El régimen de Kim Jong-un anunció el martes que suspendía el diálogo con Corea del Sur por los “provocativos” ejercicios militares que realizan Washington y Seúl en la Península. El anuncio congela el clima de acercamiento de las últimas semanas entre Seúl y Pyongyang, cuyos líderes acordaron trabajar por la unificación y la desnuclearización norcoreana en la cumbre intercoreana de abril. Además, Corea del Norte amenaza con no acudir a la reunión con Donald Trump, prevista para el 12 de junio en Singapur, por las “presiones” de Washington para que el régimen complete su desnuclearización. Por su parte, Estados Unidos mantiene el encuentro y asegura que no ha sido notificado del cambio de posición de Kim Jong-un.