El volcán de La Palma continúa en "fase efusiva", con una lava de tipo hawaiano, que es más fluída, y con temperatura más alta. Sale de una boca de menor tamaño que en la que comenzó la erupción. Esa boca menos explosiva y esa lava menos densa es la que más preocupa ahora. El camino que tome al descender desde la cumbre es todavía impredecible. Si lo hace por la ruta abierta hacia el acantilado podría aumentar esa superficie que la lava le ha ganado al mar. Por el momento, la lava le ha ganado al mar hasta 10 hectáreas y el viento mantiene alejada de la costa la columna de vapor de agua y de gases posiblemente tóxicos generada por el contacto entre el magma y el océano. Por si acaso, y hasta que no haya resultados definitivos de un estudio de seguimiento de los gases emitidos, se mantiene en vigor el confinamiento de la población de los núcleos de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa.
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