Tres días después del mayor ataque a la democracia que ha sufrido Brasil en casi 40 años, montones de plásticos, basura, y restos de lonas y carpas se amontonan en lo que fue uno de los mayores campamentos de simpatizantes bolsonaristas. Dos meses permanecieron frente al cuartel general del ejército en Brasilia, pidiendo un golpe militar para evitar la asunción de Lula da Silva. Desde aquí salieron caminando para asaltar el corazón institucional del país. Por orden de la corte suprema, el campamento ya está desmantelado.
Foto: MAURO PIMENTEL / AFP