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Hamás confirma la muerte de su líder, Ismail Haniyeh, tras un ataque en Teherán, donde se encontraba de visita oficial para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente iraní. Hamás señala directamente a Israel como responsable de esta muerte y asegura que no quedará impune. Carlos Echevarría Jesús, profesor de Relaciones Internacionales de la UNED, señala que esto es un "paso más en un calentamiento acelerado que se está produciendo" y que están por ver cuáles serán las consecuencias de este asesinato. Ismail Haniyeh en los últimos tiempos se había implicado en las negociaciones para un posible alto el fuego en la Franja de Gaza, sin embargo, Carlos Echevarría Jesús recuerda que este perfil como negociador "no nos debe llevar al engaño": "Era el líder de lo que se califica como brazo político de Hamás y no olvidemos que Hamás, para nosotros, para la Unión Europea, es una organización terrorista". Por tanto, dice que la situación, que ha ido escalando en estos meses, es grave: "No olvidemos a los yemeníes, a Hizbolá. Pero hay otro escenario preocupante: China entrando en la partida, Estados Unidos en un momento delicado ante las elecciones que se presentan en el horizonte".

Israel ha bombardeado la capital del Líbano. Ha muerto al menos una persona y varias están en estado crítico, después de un ataque sobre un bastión de la milicia Hizbulá en Beirut. Es la respuesta de Tel Aviv al ataque en los Altos del Golán durante el fin de semana, en el que murieron 12 jóvenes. Según Israel, el de Beirut ha sido un ataque selectivo y estaba dirigido contra el comandante responsable del bombardeo del sábado. Desde la comunidad internacional piden evitar que el conflicto entre ambos escale.

El bombardeo en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel, que este sábado dejó una docena de muertos, la mayoría menores, amenaza con provocar una extensión del conflicto entre Israel y Hizbulá. El grupo libanés sigue negando su implicación, y Líbano cree que no está detrás del bombardeo, pero Estados Unidos ha dado la razón a Israel. 

Israel ya ha respondido atacando objetivos en el interior y sur del Líbano. Pero el primer ministro, Benjamín Netanyahu, quiere ir más allá. Por eso ha adelantado su regreso de Estados Unidos y ha reunido de urgencia al gabinete de seguridad.

El gobierno libanés pide protección frente a posibles ataques de Israel. También por eso, milicianos de Hizbulá están abandonando posiciones tanto en el sur de Líbano como en Siria. Con todo, los libaneses mantienen la calma, esperando que no estalle otra guerra como la de 2006. 

Foto: Jalaa MAREY / AFP

Un ataque israelí contra una escuela en el centro de la Franja de Gaza ha matado al menos a 30 personas y ha herido a un centenar. En la escuela se refugiaban desplazados de otras áreas de Gaza y operaba un hospital de campaña. El Ejército israelí ha intensificado sus ataques también en el sur de la Franja, donde ha ordenado de nuevo la evacuación forzosa de barrios de la ciudad de Jan Yunis.

Foto: AP Photo/Abdel Kareem Hana

La tensión en la frontera entre Israel y Líbano aumenta el temor a una nueva guerra justo cuando se cumplen 18 años de la última. El recuerdo de aquel conflicto sigue muy vivo en ciudades israelíes como Haifa, que fueron atacadas por Hizbulá, y que vuelven a estar ahora amenazadas por la milicia chií. Ya han muerto más de 500 personas, la mayoría en territorio libanés y aunque ninguno la quiere, están a un paso de una guerra total. La última fue en 2006, con ataques israelíes que llegaron incluso a Beirut y misiles de Hizbulá impactando en los centros de ciudades israelíes como Haifa. Unos 18 años después, no queda ni huella de los ataques de Hizbulá en estos edificios pero los vecinos del barrio de Haifa tienen muy presentes los 35 interminables días que duró la Segunda Guerra del Líbano. 

La tensión va en aumento en la frontera entre Líbano e Israel. Las zonas rurales están sufriendo constantes ataques, que se han recrudecido desde la incursión de Israel en Ráfah. La milicia proiraní Hezbolá ha intensificado el uso de drones en el norte de Israel para mostrar apoyo a su aliado, el grupo terrorista Hamás. Por su parte, el ejército israelí está atacando también zonas rurales libanesas. En Chebaa, Moussa Saab, agricultor libanés de cerezas, explica que la situación es "muy grave", incluso "espantosa" porque reciben ataques aéreos a diario.

Los proyectiles están provocando incendios forestales. Bosques y cultivos arrasados que dan cuenta del fuego cruzado entre ambos lados de la frontera. En el libanés, ya contabilizan 4.000 hectáreas quemadas. Y no solo eso, también hay varias casas destruidas. En el norte israelí ya se han quemado más de 6.000 hectáreas, explica Shai Koren, autoridad de Parques y Naturaleza de Israel. “En estos meses se han quemado más que en un año entero”, concluye.

Activistas de los derechos humanos alertan del uso de proyectiles con fósforo blanco por parte del ejército israelí. Los de Netanyahu aseguran que respetan el derecho internacional. En Líbano, los proyectiles han acabado con la vida de 450 personas y en el norte de Israel han matado a 16 soldados y 11 civiles. 

En las últimas horas, Hezbolá ha lanzado el mayor ataque desde el 7 octubre, con 200 cohetes y una veintena de drones. Cada día crece el riesgo de que el conflicto escale en Oriente Próximo.