Túnez ha pasado la noche bajo toque de queda y estado de excepción. Aun así, decenas de personas han muerto en una prisión y ha habido algunos saqueos. El ejército es visible esta mañana en las calles y garantiza la seguridad. Los aeropuertos también han vuelto a operar. Tras la huida de su presidente a Arabia Saudí, ahora ocupa el cargo interinamente el del Parlamento. En menos de 60 días deben celebrarse elecciones presidenciales.
El enviado de TVE en Túnez, Antonio Parreño, señala que la policía y el Ejército han tomado todos los puntos estratégicos de la ciudad para tratar de controlar los disturbios. El Consejo Constitucional de Túnez ha designado como presidente interino al presidente del parlamento, Fued Mebaza, para cerrar así cualquier posibilidad de vuelta al poder del ex presidente Ben Alí. En la misma reunión los miembros del Consejo han decretado que debe haber elecciones en un plazo de 60 de días.
El ministro del Interior y vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha solicitado que se celebren elecciones "cuanto antes" en Túnez, al tiempo que ha confirmado que los españoles que se encuentran en este país "se encuentran bien".
El ejército ha tomado el control y el poder está en manos del primer ministro.
Antonio Cosano ha dicho que de momento el gobierno no se plantea la evacuación de los españoles que están en el país hasta ver cómo evoluciona la situación.
El primer ministro, Mohammed Ghannouchi, ha asumido el poder.
La situación en el país es caótica y los turistas no saben cuando podrán salir porque en estos momentos el espacio aéreo está cerrado.
La policía ha empezado a cargar contra los manifestantes que, desde esta mañana, exigen la dimisión del presidente por su política social y económica. Ben Alí no ha conseguido aplacar las protestas a pesar de prometer que no se presentaría en las elecciones de 2014. En la capital Túnez, está el enviado especial de Televisión Española. Antonio Parreño como está la situación a esta hora.
En el foco de la denuncia que hasta ahora pocos se atrevían a realizar en voz alta: la primera dama Leila Trablesi y su familia, acusada de controlar la mayor parte de la economía del país.
