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Singapur sigue cubierta por una gran nube de humo. Los indicadores han batido récords históricos de polución y la contaminación sigue aumentando hasta un nivel peligroso, por los incendios en bosques de la vecina Indonesia. Las autoridades han pedido a la población que salga a la calle lo menos posible.

Las protestas más multitudinarias en dos décadas en el país se incrementan con el paso de los días. Ya no se conforman con la retirada de la subida del transporte: piden más transparencia para acabar con la corrupción y mejores servicios públicos.

El diario británico The Guardian ha revelado dos documentos clasificados como secretos que proveen la base legal para las amplias operaciones de espionaje en internet a cargo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense.

Ambas órdenes, firmadas por el Secretario de Justicia de EEUU, Eric Holder, detallan respectivamente cómo la NSA puede espiar a una "persona no estadounidense" bajo la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA) y las salvaguardas para evitar almacenar datos de estadounidenses, que podrían no ser compatibles con la Constitución.

Las órdenes muestran que la NSA puede obtener comunicaciones de ciudadanos o residentes permanentes estadounidenses que se comuniquen con un extranjero, pero se debe omitir el nombre del estadounidense afectado por el espionaje o eliminar información.

Según la orden sobre la vigilancia de personas no estadounidenses, firmada por Holder en 2009 y clasificada como "alto secreto", la NSA debe asegurarse de que la "localización física" del objetivo del espionaje está fuera de Estados Unidos como primer paso.

Un guardia de seguridad israelí ha matado de varios disparos a un hombre en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, después de que la víctima gritara "Alá es grande".

El guardia ha abierto fuego al oir al hombre gritar en árabe la frase "Alá es grande" en una sala de descanso en el complejo religioso, según ha explicado el portavoz policial, Micky Rosenfeld, a Reuters.

Inmediatemente, tras oir la frase, el guardia ha sacado su pistola y ha abierto fuego ante la sospecha de que se tratara de un militante palestino. La víctima, sin embargo, es un judío israelí de 40 años.

"El hecho de que gritara 'Alá es grande', es por lo que parece que el guardia de seguridad ha sacado su arma y ha realizado varios disparos", ha dicho Rosenfeld. "Estamos investigando sus motivos (de la víctima)", ha añadido.

El suceso ha ocurrido en el momento en el que centenares de personas se reunían para rezar en una de las zonas más sensibles de Jerusalén. El Muro de las Lamentaciones es uno de los lugares más sagrados del judaismo, donde se dan cita miles de personas cada semana.

La plaza donde se sitúa el muro está situada junto al Monte del Templo, venerado por los judíos como el lugar donde estuvo el templo de Jerusalén, y donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar sagrado del Islam, después de La Meca y Medina.

Cinco personas han sido condenadas a penas de hasta seis años de prisión por el incendio que el año pasado causó 19 muertos, entre ellos cuatro niños españoles, en la guardería de un centro comercial en Doha, ha informado la televisión catarí Al Yazira.

El tribunal, que ha dictado cuatro penas de seis años de cárcel y otra de un año, ha hallado culpables de negligencia a los acusados, entre los que se encuentran el embajador de Catar en Bélgica, Ali Bin Yasim al Zani, y su esposa, hija del ministro de Cultura, que eran los propietarios de la guardería. Mientras, el subdirector del centro y el jefe de seguridad han sido absueltos.

Los sentenciados permanecerán en libertad hasta que se resuelvan los recursos de apelación presentados, lo que podría tardar entre ocho y doce meses, según fuentes judiciales citadas por Al Yazira.

El incendio se desató el 28 de mayo de 2012 en una tienda del centro comercial Villaggio, en la capital catarí, y se extendió posteriormente a la guardería.

En el suceso perdieron la vida dos bomberos, trece menores y cuatro cuidadoras que se encontraban en esa guardería. Los españoles fallecidos en el incendio del Villaggio fueron tres hermanos de siete, cinco y dos años, y una niña de siete.