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El primer ministro británico, David Cameron, se ha esforzado en el Parlamento británico en diferenciar esta eventual intervención de la que se llevó a cabo en Irak hace diez años.

El primer ministro británico, David Cameron, ha dicho en el Parlamento que una intervención militar en Siria no supondría, a diferencia de Irak, "una invasión, ni tomar partido", sino una respuesta al "horrendo" uso de armas químicas.

Dos años y medio de guerra, más de 100.000 muertos y millones de refugiados. Motivos para intervenir no han faltado, pero solo la famosa línea roja marcada por Obama sobre el uso de armas químicas parece llevar a la acción.

Las tradicionales potencias occidentales, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, siguen debatiendo sobre qué tipo de intervención llevar a cabo en Siria.