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Las autoridades de Malasia están investigando un posible vínculo terrorista  relacionado con la desaparición del avión de Malasya Airlines en aguas del Golfo de Tailandia. Se analizan las imágenes del circuito cerrado de televisión en las que aparecen los dos pasajeros que viajaban con pasaportes falsos y se investiga la identidad de al menos otros dos.  Se ha comprobado que un pasajero chino que figuraba en la lista no iba a bordo. 

En él viajaban ciudadanos de una docena de nacionalidades, sobre todo chinos pero ningún español. Hasta Pekín se ha desplazado un equipo de la compañía Malaysian Airlines, que sigue hablando de desaparición. 

Detrás de los disturbios, de las protestas que duran ya casi un mes, hay una situación económica compleja que ha incendiado las protestas. Y dos versiones: primero, la del Gobierno, que acusa a los empresarios de especular, de esconder productos para provocar escasez y desabastecimiento. En el punto de mira, la patronal venezolana, las asociaciones de empresarios.

En el viajaban 239 personas de 14 nacionalidades diferentes sobretodo chinos, aunque ningún español. La búsqueda en la que participan además de China, Singapur, Malasia y Vietnam se ha suspendido al caer la noche.  

El gobierno en funciones de Ucrania se niega a entregar la región autónoma de Crimea a Rusia, aunque exige la presencia de observadores interancionales en el referéndum del 16 de marzo. Pero parece que se han producido los primeros contactos entre las nuevas autoridades de Kiev y el gobierno ruso.

El caso actual recuerda mucho a otro accidente aéreo. El del vuelo de Air france Rio de Janeiro- París, con 228 personas a bordo. Salió el 31 de mayo de 2009 y a las tres horas se perdió su contacto. 

En Berlín, se celebra estos días una de las mayores ferias de viajes y turismo del mundo. Una cita muy importante para el sector turístico español que intentará batir otra vez récord de turistas.

Sigue sin haber noticias del avión de Malasyan Airlines desaparecido cuando volaba de Kuala Lumpur a Pekín. Ya han pasado más de doce horas desde que se perdió el contacto con el aparato y  los familiares se quejan de la falta de información.  La aerolínea ni siquiera les ha facilitado la lista de pasajeros y se ha limitado a  leer un comunicado que había publicado ya en su página web.