Cruce de acusaciones entre el gobierno venezolano y la oposición en su primera reunión frente a frente. Una reunión inusual que ha durado SEIS horas y que se ha transmitido por radio y televisión. Este diálogo, que tiene como fin acabar con la tensión que vive el país, proseguirá la semana que viene. Un encuentro maratoniano e inusual, retransmitido por televisión, con la mediación del Vaticano. Opositores y representantes del chavismo con el presidente Maduro al frente, cara a cara. La oposición acusa a Maduro de una represión desproporcionada de las manifestaciones que ha dejado 41 muertos y centenares de heridos y critican su gestión. El régimen culpa los especuladores del desabastecimiento y del aumento de la inflación, más de un 50%, y se enroca en sus victorias electorales. Los grandes ausentes han sido el encarcelado Leopoldo López y sus aliados. Son los principales defensores de las protestas y dicen que no negociaran hasta que no se libere a los detenidos en los disturbios.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, y varios miembros de su Gobierno, han visitado Donetsk donde han hecho promesas de diálogo para desactivar la crisis causada por la revuelta de los rusohablantes en las regiones surorientales del país. La canciller de Alemania, Angela Merkel, ha pedido una respuesta unitaria de la Unión Europea al problema planteado por la deuda de Ucrania a la empresa gasística rusa Gazprom, que podría poner en peligro el suministro energético a algunos países de la UE.
Italia se enfrenta a la llegada masiva de emigrantes con un dispositivo que en poco más de seis meses ha rescatado del mar a más de 20.000 y ha detenido a 66 personas que presuntamente se lucraban transportándoles. Muchos subsaharianos y cada vez más sirios se arriesgan en embarcaciones frágiles para alcanzar las costas europeas.
En Venezuela, gobierno y oposición moderada iniciaron anoche un diálogo sin casi precedentes con una reunión maratoniana que duró seis horas y que se emitió en directo por radio y televisión. Es el primer encuentro desde que estallaron una serie de protestas hace dos meses, en las que han muerto 40 personas.
En el este de Ucrania, los activistas prorrusos mantienen su pulso al gobierno de Kiev y rechazan el ultimátum para que abandonen los edificios públicos que ocupan desde hace días, incluido la sede del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, antiguo KGB) en Lugansk, donde además mantienen una acampada de protesta para pedir la federalización del país.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, ha viajado este viernes a la ciudad suroriental de Donetsk para tratar de calmar los ánimos de los activistas prorrusos que desde hace días desafían al poder de Kiev y ocupan la sede del Gobierno regional.
El gobierno ucraniano dio un plazo de 48 horas a los manifestantes para que depusieran las armas y abandonaran los edificios, un plazo que termina precisamente este viernes. Las autoridades de Kiev advirtieron que podrían usar la fuerza contra los activistas.
En Donetsk, Yatseniuk se ha reunido con representantes de la política y los negocios de la región, a quienes ha asegurado que el Gobierno ucraniano no tiene intención de derogar la ley de 2012 que permite la existencia de dos lenguas cooficiales -ucraniano y ruso- donde una minoría supere el 10% de la población.