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Estos días, con motivo de su 25 aniversario, el PP hace balance de todo lo que ha pasado en este tiempo en el partido. En 24 horas de RNE nos detenernos en la salud de la derecha en Europa y Estados Unidos. Desde los países como Francia, en los que la derecha tradicional tiene graves problemas para levantar cabeza; pasando por Alemania, que pone cerco a la ultraderecha; o el propio partido popular europeo que también quiere atar en corto a quienes pretendan integrar sus filas. Con los corresponsales de Radio Nacional en París, Paco Forjas; Berlín, Gabriel Herrero; en Roma, Jordi Barcia; en Bruselas, María Carou; y Washington, Fran Sevilla.

La primera rebelión es por el aspecto. Las mujeres están obligadas a llevar velo -una pena de advertencia, pero también de diez días a dos meses de cárcel: hasta 1997 eran 74 latigazos- y muchas utilizan el chador, una túnica negra que les cubre de los pies a la cabeza. Sin embargo, en los últimos años hay un explícito desafío a la marca del sexo y miles de mujeres, especialmente las más jóvenes, dejan ver sus cabellos, se pintan los labios de rojo carmín, o utilizan ropas ajustadas.

Estos desafíos han llegado a castigarse con dureza. Una treintena de feministas han sido detenidas y condenadas desde 2019. El año pasado, tres de ellas repartieron flores en el metro de Teherán con la cabeza descubierta. Las tres fueron detenidas en régimen de aislamiento y luego condenadas a entre 16 y 23 años de cárcel por “alentar la corrupción y la prostitución”, “difundir propaganda contra el Estado” y “asociación y colusión contra la seguridad nacional”.

El 62% de los tres millones de estudiantes universitarios que hay en Irán son mujeres. Sin embargo no pueden estudiar lo que quieren. Las mujeres tiene vetadas las carreras de Física, Arqueología y Negocios. Tampoco pueden presentarse a las elecciones presidenciales. Ni andar en moto. Ni viajar sin permiso de un hombre, sea esposo, hermano o padre. La vida de la mujer, por ley, vale la mitad que la de un hombre en caso de accidente o muerte.

Un equipo de ‘En Portada’ ha estado en Nápoles para abordar a fondo ese reemplazo generacional al frente de la mafia napolitana, que ha derivado en una lucha sin cuartel por el control de los barrios de la ciudad. Y entrevista a varios integrantes de las llamadas babygangs, las bandas juveniles que ejercen el poder a base de armas, extorsión y venta de drogas y buscan nuevas líneas de negocio en tiempos de pandemia.

Un exclusivo club de viajes londinense ofrece viajar a todo lujo hasta Dubái para inocularse la vacuna del COVID por 45.000 euros. India y Marruecos son otros destinos, según la prensa británica. Desde la Confederación de Agencias de Viajes desmienten que se comercialicen estos productos en España, aunque reconocen que la gente pregunta. El turismo de vacunas se está detectando también en Estados Unidos con un número elevado de viajes dentro del país, sobre todo a Florida, donde el único requisito para vacunarse es ser mayor de 65 años. Informa Blanca Pascual.

Los ultraortodoxos o jaredíes siguen siendo una minoría en Israel, apenas el 13 % de la población, pero para 2050, los expertos en demografía calculan que podrían ser hasta el 30 %. La Torá es su guía, la que rige sus vidas, sus costumbres, cómo se visten, lo que comen y hasta sus relaciones sexuales. Uno de sus mandatos religiosos es determinante: “creced y multiplicaos” y las familias jaredíes lo cumplen a rajatabla. Suelen tener muchos hijos (5, 10, a veces más) y en esta comunidad las mujeres no tienen ni voz ni voto.

Arabia Saudí es una monarquía absoluta gobernada por una dinastía real. Son los defensores del wahabismo, una de las corrientes más fundamentalistas del islam. Su legislación está basada en El Corán. En este país las mujeres hasta 2015 no podían votar ni presentarse como candidatas en unas elecciones. Solo desde hace tres años pueden conducir y sigue vigente el sistema de tutela masculina sobre las muejeres.

Afganistán ha despedido a las tres periodistas asesinadas en Afganistán en tres ataques diferentes. Se trata del último capítulo de un conflicto que comenzó hace casi 20 años con la invasión de Estados Unidos y que enfrenta a los talibanes con el Gobierno de Kabul. El Gobierno señala a los talibanes como autores del último triple asesinato, algo que ellos niegan, mientras el grupo terrorista Estado Islámico se lo atribuye. El futuro de la guerra en Afganistán depende de las negociaciones de Doha y la retirada estadounidense, aunque el incumplimiento de lo acordado en rondas anteriores hace pensar que no habrá repliegue y que los talibanes cumplirán su amenaza de recrudecer la guerra, en la que ya han muerto más de 150.000 personas.

FOTO: EFE/EPA/GHULAMULLAH HABIBI