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Suecia ha comenzado a enviar instrucciones a sus ciudadanos sobre cómo afrontar una crisis o un estallido de guerra. Se trata de un folleto de 30 páginas elaborado por la Agencia Sueca de Contingencias Civiles que ofrece ejemplos concretos sobre cómo encontrar refugios antiaéreos, detener hemorragias graves, cómo almacenar alimentos, lidiar con la ansiedad en tiempos de incertidumbre y cómo hablar con los niños sobre la guerra.

No es la primera campaña de concienciación pública de este tipo que hace el Gobierno. La última fue en 2018 bajo el título En tiempos de crisis o guerra, y antes de ese envío, en tiempos de la Guerra Fría.

Esta nueva edición viene a actualizar recomendaciones como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania en 2022. Otros países nórdicos como Finlandia o Noruega también han lanzado sus propias campañas, en un intento de preparar a la población para una situación de crisis derivada de un hipotético estallido bélico.

La guerra de Ucrania y la proximidad de Rusia con los países nórdicos, en especial Finlandia, con la que comparte más de mil kilómetros de frontera han puesto el foco sobre la preparación de la población civil en situaciones de emergencia. No se trata de ponerse en el peor de los escenarios, la guerra, dicen desde la agencia sueca para emergencias, pero muchos jóvenes suecos no se ven preparados. El conflicto en Ucrania ha vuelto a sacar a la palestra las llamadas guerras híbridas, en las que la comida, la luz o las comunicaciones pueden usarse como arma de guerra. Como posible ejemplo, los daños en dos cables submarinos en el Báltico, que han afectado a las telecomunicaciones de Finlandia, Alemania, Suecia y Lituania. Ya se están investigando, pero se sospecha de sabotaje. Una acción que ha reducido un tercio la transmisión de datos, y en la que Rusia niega cualquier implicación.

Un equipo de expertos en inteligencia artificial, de la mano de Microsoft y con las más modernas tecnologías, han atravesado la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Han trasladado al mundo virtual una de las joyas arquitectónicas de todos los tiempos.

Desde sus países de origen y a lo largo de la ruta migratoria americana, decenas de miles de personas han sufrido muchísimas situaciones de violencia que dejan unas secuelas psicológicas enormes.

En el Centro de Atención integral de MSF en la Ciudad de México acompañan a los pacientes para intentar recuperar un nivel básico de autonomía con el que poder seguir avanzando. Son personas que han sufrido altos niveles de violencia extrema, secuestros, violaciones múltiples, tortura y tratos degradantes en su camino hacia el norte del continente.

Hablamos con Ramón Márquez, coordinador del CAI que nos explica los impactos crónicos tan grandes que tienen en su salud mental.

Hace 1.000 días, las tropas rusas entraron en Ucrania, en una operación que Moscú pensó que apenas duraría unos cuantos días y que, sin embargo, se ha ido transformando en una guerra de desgaste. Ucrania logró expulsar a los rusos de Kiev y del norte tras meses de conflicto, y recuperó los territorios de Járkov y Jerson. Pero no pudo avanzar en el sur y ahora sufre de nuevo el empuje de Rusia en casi toda la línea de contacto.

La guerra también ha forzado cambios. Rusia ha sustituido a ministros y generales, ha usado y prescindido de mercenarios, ha movilizado a parte de su población, y ha tenido que recurrir a sus aliados China, Irán y Corea del Norte para surtir arsenales y filas. Ucrania también ha cesado a mandos militares y políticos. Zelenski ha suspendido las elecciones, ha instaurado el reclutamiento forzoso y ha logrado que sus aliados le envíen armas prohibidas al inicio de la invasión. Ya son más de 100 mil millones de dólares el armamento suministrado, como los misiles ATACMS que ahora Ucrania dispara contra Rusia.

Ni Rusia ni Ucrania reconocen las decenas de miles de soldados que han perdido. El grueso del sufrimiento lo sigue pagando la población ucraniana, con 12.000 civiles muertos y 14 millones de desplazados, de los cuales seis millones se han ido del país sin saber cuándo o qué se van a encontrar si un día vuelven a casa.

Un juzgado de Instrucción de El Salvador ha enviado a juicio a 11 personas acusadas como autores intelectuales de la masacre de seis jesuitas, cinco de ellos españoles, y dos mujeres salvadoreñas en 1989. Fueron asesinados por un comando del Ejército de El Salvador en el campus de la UCA la madrugada del 16 de noviembre de 1989, en medio de la mayor ofensiva guerrillera producida durante la guerra civil salvadoreña. El presidente del país entre 1989 y 1994, Alfredo Cristiani, y el exdiputado Rodolfo Parker se encuentran entre algunos de los acusados por los asesinatos.