Mientras seguimos profundamente conmovidos por los devastadores efectos de la DANA en la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, una pancarta gigante con un crespón negro de Greenpeace en pleno centro de Madrid nos recuerda que frenar el cambio climático salva vidas. A nosotros y sobre todo a los mandatarios políticos reunidos en Azerbaiyán la COP29 a quienes demandan que impulsen con valentía acuerdos concretos como el abandono real de los combustibles fósiles para limitar el aumento del calentamiento global a 1,5°C.
La organización ecologista exige tanto en la COP como en España, que los acuerdos antepongan la protección de la vida en el planeta y los derechos de la ciudadanía por encima de los intereses económicos vinculados a los combustibles fósiles.
Mientras, el buque científico ‘Ramón Margalef’ del Instituto Español de Oceanografía busca víctimas de la Dana en el mediterráneo. Hace tres años empleó su robot sumergible logró recuperar a mil metros de profundidad el cuerpo de Olivia, una niña asesinada en Canarias. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el mayor organismo de ciencia en España, activó su Grupo de Asesoramiento en Desastres y Emergencias el 30 de octubre y desde entonces ha ofrecido sus recursos a las autoridades, incluido este buque que lleva el nombre del ilustre y querido oceanógrafo y ecólogo catalán, primer catedrático de Ecología en España, Ramon Margalef.