Lahore, en Pakistán, comienza a enterrar a los 72 fallecidos en el atentado suicida del domingo contra un popular parque de la ciudad. Ese día un suicida se inmoló matando entre otros a 18 mujeres y 17 niños, y provocando heridas a 359 personas.
La masacre ha dejado llena de dolor y de funerales la ciudad y los barrios de su extrarradio. El ataque tuvo lugar en una zona de aparcamiento del parque Gulshan Iqbal, a pocos metros de unos columpios infantiles, cuando cientos de personas pasaban la tarde allí en familia.