La guerra ha tensionado el sistema sanitario ucraniano y las organizaciones humanitarias han tenido que adaptarse a las necesidades de la población tanto en las zonas de guerra como en el resto del país, donde millones de personas han buscado refugio y necesitan asistencia médica. Según un informe de cinco ONG avalado por la ONU, el año pasado hubo más de 700 ataques a centros médicos, denegación de acceso a la atención sanitaria e interrupción de admisión de pacientes. Unos 200 sanitarios han sido asesinados, heridos, secuestrados o arrestados. Todo eso ha presionado al sistema sanitario, ya frágil antes de la guerra.
Foto: Un edificio de viviendas bombardeado en la ciudad ucraniana de Zaporiyia (REUTERS/Stringer)
En Ucrania, los varones en edad militar no pueden abandonar el país salvo en algunas excepciones. Por eso gran parte de los millones de huidos son mujeres. A menudo solas y vulnerables, uno de los riesgos es caer en manos de los traficantes. Un equipo de TVE ha hablado con una ONG que trata de protegerlas.
"Veíamos a hombres merodear con móviles por las colas, escuchando, mirando", asegura Luva Marsymoveyeh, directora de Women´s Perspective, una ONG pionera en los derechos de las mujeres ucranianas. Aquí pronto entendieron la gravísima crisis humanitaria y empezaron a dar cobijo a muchas de ellas, también ofreciéndoles información útil.
"Les decían que las iban a llevar a Alemania. Yo les preguntaba el nombre de esa persona, pero ni lo sabían. De ahí la necesidad de ayudar a quienes en ese momento eran especialmente vulnerables", cuenta. Foto: Una madre ucraniana junto a sus hijos (EFE/Alejandro García)
Jesús Cruz-Franco, coordinador de país de la Delegación de Cruz Roja Española en Ucrania, nos cuenta que las necesidades de las personas que han atendido durante este año de guerra no han cambiado: "Empezamos distribuyendo comida, mantas y paquetes higiénicos a las personas que se encontraban desplazadas. Esa situación no ha cambiado porque el conflicto sigue activo". Durante estos meses Cruz Roja ha brindado apoyo psicosocial a más de 326.000 personas y Cruz-Franco explica que la salud mental continúa siendo una de las grandes prioridades: "Tenemos que tener en cuenta que prácticamente un tercio de la población tuvo que abandonar sus hogares".
Además, a esta situación humanitaria se une la crisis económica. "Muchísima gente ha perdido sus trabajos y ya no tiene ahorros. En este sentido, intentamos hacer proyectos de recuperación económica para que en aquellas áreas fuera de la línea de conflicto las personas puedan recuperar su actividad y se valgan por sí mismas", nos cuenta.
Anna tiene 38 años, nació y creció en la ciudad de Mariúpol, y antes de la guerra trabajaba como enfermera en Ucrania. RTVE Noticias la entrevistó hace un año cuando estaba a punto de cruzar el corredor humanitario que conectaba Zaporiyia y Mariúpol, una auténtica autopista al infierno, para rescatar a su madre y a su abuela. Hoy, un año después, la hemos visitado en República Checa, donde se encuentra refugiada junto a su familia.
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En este año que llevamos de guerra en Ucrania, los trenes se han convertido en el símbolo de la desesperación de miles de ucranianos que han huido de la contienda.
La guerra de Ucrania deja deja ya más de 13 millones de refugiados, según ACNUR. De esos, 8 millones han huido de su país y viven acogidos en otros países europeos, entre ellos, España, donde viven 168 mil ucranianos.
Andalucía es la comunidad que más visados de emergencia ha tramitado este año, solo por detrás de Comunidad Valenciana y Cataluña. La comunidad más numerosa está en Málaga, donde viven hoy 14.000 refugiados ucranianos. Nosotros hemos querido saber cómo están un año después.
En Ucrania hay más de cinco millones de personas desplazadas que llevan un año atravesando situaciones muy duras. Paulo Milanesio, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras, cuenta que las ONG hacen un trabajo enorme en la salud mental de la población. "Tenemos pacientes con patologías como duelo, insomnio, estrés... La gente mayor y los niños están sufriendo de manera crítica", nos cuenta en Las Mañanas de RNE.
Milanesio asegura que están negociando para poder ayudar también en Rusia. "Sabemos que hay mucha gente atrapada en la línea del frente. Vemos que, a medida que Ucrania avanza, la situación al otro lado puede ser muy crítica", asegura. Médicos Sin Fronteras garantiza el sistema de calefacción en centros de refugiados y centros de salud. "La gente no tiene ropa de invierno, han perdido todo... La sensación de duelo es muy grande".
El centro de desplazados en la ciudad de Irpín se inauguró en 2015, con el inicio de la guerra en el Dombás. "Nuestra ciudad recibió muchos desplazados del Dombás y de Crimea cuando comenzó la guerra y hasta ahora seguimos con muchos desplazados", explica Nadia. Fue a principios del mes de marzo de 2021 cuando los vecinos comenzaron a esconderse. "Nuestro centro, como está en el sótano, era el refugio para los ciudadanos de todos los edificios cercanos". Hablamos también con los voluntarios de la ONG Juntos por la Vida y con Natalia, que es doble refugiada: "Somos del Dombás y es la segunda guerra para mí. Explicamos a la gente que todo pasa y la guerra también pasará, todo volverá a la normalidad".
Se cumple un año desde el inicio de la inviasión rusa a Ucrania. Los peores presagios de Occidente se cumplían en el momento en que los tanques rusos entraban por el norte, el este y el sur del país. La guerra llegaba al corazón de Europa después de meses de movimiento de tropas en la frontera y de contactactos diplomáticos con Rusia que caían, finalmente, en saco roto.
En el informativo 24 horas, repasamos los doces meses de la guerra.Elvira Polyenova, traductora de Diachenko y presidenta de la Asociación Elvira por Ucrania, nos cuenta su madre estaba en Jersón cuando comenzó la guerra: "Durante los cinco meses que estuvo allí, fue muy difícil comunicarme con ella". Tetiana Kazantseva es administrativa e intérprete en la ONG CESAL y explica que en 2018, ella y su hijo pidieron asilo a esta ONG para entrar en el programa de refugisados y cuando empezó la guerra en su país se ofreció como voluntaria: "En marzo de 2022, comencé a trabajar con ellos como intérprete". Oleksander Diachenko, refugiado ucraniano de la Asociación Elvira por Ucrania, fue uno de los pocos hombres que pudo salir de su país cuando comenzó la guerra: "Como tenía una niña inválida pude salir antes de mi país". Jatuna Dzhavajadze, refugiada del Proyecto de Acogida a Familias de Ucrania de Fundación La Caixa, vivió el primer mes de la guerra en Ucrania y nos ha confesado que: "Cuando hay misiles y tienes una niña pequeña, no puedes pensar sobre la vida normal. Piensas en que mañana pueden matarte". Por último, Anastasiya Zabiyaka, vicepresidenta de Ukrainian Lives- Ayuda Ukrania, lleva viviendo en España 17 años pero dice que la guerra está siendo dura para ella también: "Esta organización surgió para mantener nuestra salud mental (...) Seguimos enviando ayuda humanitaria a Ucrania y ayudando a los refugiados en España"
Conocemos la historia de Mariya, una ucraniana que huyó de Leópolis, su ciudad natal, y encontró refugio en España. Su agradecimiento con la sociedad vasca lo vuelca ahora dedicando su tiempo al voluntariado. Iker Álvarez nos cuenta esta historia.
Zoia Haholkina, salió de Ucrania con el comienzo de la invasión. No hablaba español, pero se trasladó a Galicia donde ahora trabaja como investigadora en el Campus de Ferrol de la Universidad de Coruña. Recuerda el día que estalló la guerra a la perfección, como nos ha contado en Las Mañanas de RNE, y que ella y su madre decidieron pedir ayuda para salir del país, mientras su padre decidía quedarse. Ahora vive sola en España, su familia volvió a su ciudad natal, pero relata que “todo está bien”, que tiene una vida “normal”, como ella misma señala y que está muy agradecida por la acogida que recibió en nuestro país.