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África es uno de los continentes menos afectados por el coronavirus y precisamente para protegerse de él, los países han cerrado sus economías. Muchas veces las víctimas son los niños, que ven rotos sus sueños. Es la historia de Eugene. Su sueño es el ballet, pero el coronavirus ha cerrado su academia de danza situada en uno de los barrios más pobres de Kenia. La epidemia ha dejado a sus padres sin trabajo y son cinco hermanos a los que alimentar.

Mapa del coronavirus en el mundo

Save the Children alerta de que las clases más desfavorecidas están siendo las grandes perjudicadas del cierre de las aulas. La ONG explica que no se trata de una cuestión de falta de dispositivos para seguir la educación a distancia, sino de que muchos padres no tienen las competencias educativas básicas para apoyar a sus hijos.Por eso reclaman priorizar el regreso a las aulas de los alumnos más vulnerables. Informa Ainhoa Caballero.

Es la realidad de Encarni, su marido y sus tres hijos en el en el barrio de Los Pajaritos en Sevilla. Una situación que se reproduce en otros tantos barrios de ciudades españolas donde el paro y la desigualdad golpean aún más azuzados por la pandemia.

"Las posibilidades que tenían hace unos meses de ganarse la vida se han cortado de raíz", afirma Fernando Armas, portavoz de la Plataforma Cívica Tres Barrios-Amate. Las ayudas puntuales sirven para paliar algo la situción pero la incertidumbre que traerá la nueva normalidad a estos barrios sigue provocando ansiedad a los ciudadanos, ya de por sí, bastante golpeados.

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Cada día, desde las 08:00 horas, alrededor de 400 voluntarios de la Fundación Madrina reparten alimentos a familias necesitadas en una parroquia de Madrid. La imagen impacta: son colas kilométricas en las que cientos de personas esperan para poder llevar algo de comida a sus hogares. También se reparten pañales, leche maternizada y productos de higiene infantil.

"El perfil es de gente que antes tenían sus trabajos en casas, cuidaban de nuestros ancianos, y ahora es gente que no tiene recursos y que tiene dos o tres hijos mínimo. Cada día hay más gente, eso es lo más triste, hay gente que llora en las colas de la vergüenza que les da estar pidiendo comida", explica una voluntaria .

La subdirectora de Intervención Social de Cruz Roja, Olga Díaz, ha asegurado en 'Las mañanas de RNE' que la crisis del coronavirus ha hecho que las peticiones de ayudas de primera necesidad se hayan multiplicado por cinco en las últimas semanas.  "Estamos ayudando a más de 1.250.000 personas", ha dicho Díaz, que ha explicado que se trata, sobre todo, de ayudas para la alimentación, la higiene y la compra de medicamentos. Además, ha afirmado que el número de demandas se va incrementando a medida que pasan las semanas, especialmente en Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña.

La epidemia castiga especialmente a las personas más vulnerables. Ebbaba Hameida ha acompañado a un grupo de laCruz Roja que reparte alimentos y productos de higiene entre algunas familias que viven en la Cañada Real de Madrid. Falta agua, luz, las condiciones son muy difíciles, pero también la esperanza se abre paso. Jasmine se prepara la selectividad para ser educadora social y cree que habitar en La Cañada Real le da "motivación para cambiar la situación que estamos viviendo".

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, apunta que la renta mínima irá al Consejo de Ministros en la segunda quincena de mayo. Entrevistado en Los Desayunos de TVE, Escrivá detalla que los beneficiarios pasarán un test de renta y un test de patrimonio. Añade que han protegido la renta de cinco millones de personas durante la criis del coronavirus. Sobre la desescalada, dice que se podrá viajar entre provincias en la nueva normalidad. Admite que aumentará la deuda pero que los mercados asumen el retraso en reeaquilibrar las cuentas porque las primas de riesgo no están aumentando.

El director general de la fundación Cepaim, Juan Antonio Segura, ha recordado que hay 15.000 personas viviendo en asentamientos chabolistas cerca de explotaciones agrarias y que carecen de cualquier tipo de medio para sobrellevar el confinamiento. Son personas que, según ha explicado Segura, no tienen acceso al agua y, por lo tanto, no pueden ni ducharse ni lavar su ropa. “No podemos dejar a una parte de la sociedad en la cuneta”, ha concluido Segura.