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Diez pasos contra la información engañosa en internet. Es la campaña de alfabetización mediática e informacional, que presenta la asociación Pantallas Amigas. Jorge Flores, director de esta institución educativa, explica que desde 2004, tiene como misión la promoción del uso seguro y saludable de Internet y otras TIC, así como el fomento de la ciudadanía digital responsable en la infancia y la adolescencia. Para ello, Pantallas Amigas crea y realiza proyectos y recursos educativos para la capacitación infantil y adolescente, de forma que puedan desenvolverse de manera autónoma en Internet, y que desarrollen las habilidades y competencias digitales que les permitan participar de forma activa, positiva y saludable en la Red. Ciberbullying, sexting, sextorsión, grooming, seguridad y privacidad, son algunas de las temáticas que se abordan de forma preferente.

¿Qué relación tendremos con la tecnología? ¿Cómo vamos a preservar en este entorno nuestros derechos privacidad? Son preguntas que habitualmente se hacen en Aspen Institute España y en Las Mañanas de RNE hablamos con Carissa Véliz, filósofa y profesora en el Instituto de Ética e Inteligencia Artificial e investigadora Hertford College y con Luis Villa, consultor independiente de Estrategia y Diseño de Aspen España Fellow. Carissa asegura que Internet “es un modelo de negocio que depende de la violación sistemática y masiva del derecho a la privacidad” y Luis Villa añade que deberíamos estar protegidos, pero no hay conocimiento ni educación. “Que se recolecten tus datos no se siente y es abstracto y eso lleva a falta de consciencia”, pero explica que los Gobiernos pueden tener un interés a corto plazo de acceder a esos datos para “hacer política o propaganda.”

Los hilos invisibles que controlan nuestros deseos, la economía, nuestro presente y futuro están tejidos de ceros y unos traducidos en algoritmos. Casi sin percibirlo toman grandes decisiones que tienen su reflejo en nuestra sociedad, en nuestro día a día. ¿Quién vigila sus pautas de decisión, quién corrige sus sesgos? Es el asunto en el que profundizamos en 24 horas de RNE con Gemma Galdón, doctora en políticas tecnológicas y directora de la Fundación Éticas.

La principal crítica de Galdón radica en que es necesario auditar los algoritmos para que se controlen los patrones que estamos privilegiando al usarlo como elementos de decisión en diversos ámbitos "de alto riesgo", como la salud, seguridad o el trabajo. También ha criticado la "intolerable" opacidad que rodea a los algoritmos. "La inteligencia artificial fue desarrollada primero en el ámbito del ocio y entretenimiento. En estos espacios nos podemos permitir un margen de error importante. Lo que ocurre ahora es que a medida que avanzamos en la innovación tecnológica estamos exportando los algoritmos a otros ámbitos más exigentes y aquí es donde vemos los problemas", ha argumentado.

La pandemia ha dado un impulso a la revolución digital y cada vez más esferas de nuestras vidas dependen del código binario. Esto ha planteado grandes dilemas en materia de ciberseguridad y protección de datos. En 2018, entró en vigor en la Unión Europea el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que fortaleció la protección de la información personal y adaptó la normativa a los nuevos retos tecnológicos. El tratamiento y alojamiento de los datos es prioritario para las instituciones comunitarias. Ahora bien, ¿cómo funciona esto en los países de fuera de la Unión? Nos lo cuentan, en la Mesa del Mundo, nuestros corresponsales en Reino Unido (Sara Alonso), Estados Unidos (Fran Sevilla), China (Yolanda Álvarez) e Israel (María Gámez). 

Las prácticas de Google y sus herramientas de control de datos personales masivos, de posicionamiento, de publicidad o la forma en la que crean burbujas informativas levantan sospechas de malas prácticas en distintos países.

El Tribunal General de Justicia de la Unión Europea ha confirmado la multa impuesta a la tecnológica por la Comisión Europea, que puede obligar a la multinacional a desembolsar 2.420 millones de euros. Su buscador de productos prioriza a las empresas que generan beneficios para la propia compañía, algo que choca contra la competencia. Competencia, venta de datos y pago de impuestos son, a grandes rasgos, los asuntos que enfrentan a la Comisión con las grandes tecnológicas. La compañía, que tiene su sede en California, ha asegurado que ya cumple las condiciones que impone Bruselas. Google tiene frentes abiertos por la gestión de datos y el rastreo de usuarios. Uno de ellos, en el Reino Unido donde una demanda colectiva de usuarios de IPhone reclaman casi cuatro mil millones de euros por el supuesto rastreo ilegal de su información. De momento, esa demanda ha quedado bloqueada por la Corte Suprema británica. Los propios trabajadores de Google y los de Amazon han alertado de uno de los proyectos firmados por estas dos compañías, en este caso con Israel. Se conoce como Proyecto Nimbus: servicios en la nube para el ejército del país.

Con los corresponsales en Bruselas, María Carou; en Londres, Sara Alonso; en Washington; Fran Sevilla; y en Jerusalén, María Gámez.