Somos lugares: cómo nos afectan los espacios en que vivimos
Un bello amanecer, aquel beso imborrable, el abrazo improbable, aquella palabra amable y cercana, esa buena o mala noticia recibida: todo se da en un espacio determinado que, a su vez, determina nuestro modo de estar en el mundo. Los seres humanos somos seres lugareños en un sentido muy tangible, muy corporal: el lugar nos agarra, nos apresa, nos habita. Vivimos habitando. Carlos Javier González Serrano se pregunta con Cristina San José Ignacio, diseñadora de interiores, de qué manera nos influyen los espacios en que vivimos. Porque, parece, cada vez hay menos lugares de encuentro y más lugares de paso; menos estancia y más transición.