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La tensión racial sigue imparable en EE.UU. después de que dos personas hayan muerto durante un tiroteo producido el martes por la noche en Kenosha, Wisconsin. La ciudad se ha visto asolada por manifestaciones, disturbios y saqueos tras el incidente sufrido por el afroamericano Jacob Blake a manos de agentes de policía, que le ha dejado paralizado de cintura para abajo por culpa de los disparos recibidos.

En señal de protesta, miles de manifestantes desafiaron el toque de queda declarado para las 20 horas de la tarde. Los antidisturbios trataron de contener a la multitud que provocó diversos incendios en edificios y contenedores. Este incidente tiene además un fuerte significado electoral porque Wisconsin es el estado que puede decidir las elecciones del 3 de Noviembre

El joven Kyle Rittenhouse, de 17 años, ha sido acusado de homicidio por la muerte de dos manifestantes durante los disturbios del martes en Kenosha (Wisconsin, Estados Unidos). Una persona resultó también herida en la tercera jornada de protestas contra el tiroteo que recibió Jacob Blake, un hombre afroamericano, a manos de la policía. El presidente, Donald Trump, ha desplegado a la Guardia Nacional en la ciudad ante la cuarta noche de protestas.

Dos personas han muerto a tiros y una ha resultado herida en la tercera noche de disturbios en Kenosha (Wisconsin, Estados Unidos), durante las manifestaciones contra el racismo y la violencia policial. Varios manifesdtantes prendieron fuego a locales y la tensión crece mientras se conoce que Jacob Blake, que ha quedado parapléjico tras recibir siete disparos por la espalda a manos de la policía.

Ramón González Ferriz nos traslada al 28 de agosto de 1963, el día que Martin Luther King pronunciaba su más famoso discurso: "I have a dream". El entonces pastor baptista dio un discurso clave en la historia del movimiento por los derechos civiles de Estados Unidos. De puro corte pacifista, resumía sus principales tesis y su deseo de llegar a ver un futuro en el que la gente de raza blanca y negra pudiera convivir como iguales. Por desgracia, King no llegaría nunca a ver ese día: pese a abogar por no responder a la violencia con violencia, fue víctima de ella cinco años más tarde en Memphis.

Lo que empezó como una protesta pacífica contra el racismo y la violencia policial en Wisconsin acabó la pasada noche con enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y tiendas en llamas. La furia estalló tras el tiroteo a Jacob Blake, un joven negro que recibió siete disparos en la espalda a manos de la policía cuando iba presuntamente desarmado. Las protestas se han extendido por otras ciudades, que en los últimos meses han clamado contra la violencia racial tras la muerte de George Floyd.

El tiroteo de un hombre negro en Kenosha (Wisconsin) ha provocado una ola de protestas en el estado contra la polícia. En el vídeo, se ve a Jacob Blake, de 29 años, caminando hacia el coche y presuntamente desarmado, cuando uno de los agentes comienza a dispararle mientras abre la puerta del coche. Blake tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital porque los siete disparos que recibió le hirieron de gravedad. La policía no ha dado explicaciones y lo considera un "incidente doméstico". Las protestas contra la brutalidad policial y el racismo no cesan en Estados Unidos desde la muerte por asfixia de George Floyd hace tres meses.

La policía de Cayo Hueso (Florida) detuvo en 2018 a un niño afroamericano de ocho años discapacitado tras responder de manera agresiva a una profesora que quería cambiarle de sitio. Ben Crump, el abogado de la familia y el mismo que defendió el caso de George Floyd, ha decidido compartirlo ahora en redes sociales. La familia anunció que tomará acciones judiciales contra la ciudad por esta actuación policial.

Cientos de personas saqueron este domingo por la noche tiendas en Chicago, tras extenderse por las redes sociales la falsa muerte de un hombre negro a manos de la policía. Todo empezó tras un tiroteo, pero el jefe de Policía de la ciudad ha explicado que el hombre no está muerto, sino herido, y que fue él quien disparó primero. Los incidentes han dejado varios heridos de bala y la alcaldesa habla de una ciudad en estado de shock.

Puede que el hecho de ser mujer le restara eco mediático a su lucha, pero Maya Moore, siguiendo el ejemplo de Mohammed Alí o de Colin Capernick, dio uno de esos pasos que trascienden y dignifican. Y lo hizo estando en lo más alto. Una super estrella de la última década, número uno del draft, cuatro anillos, dos veces MVP y dos oros olímpicos.

Pero eso no le llenaba, y en 2019 dejo en shock a la liga: dejaba el baloncesto para luchar por la anulación del juicio que dos decadas antes condenó a 50 años de prisión a Jonathan Irons, entonces un pobre adolescente negro. A Maya su historia le impactó. El juicio, con un jurado exclusivamente blanco, estuvo lleno de irregularidades, sin pruebas concluyentes, sin testigos, sin pruebas de ADN.

Maya habló con abogados, grandes cadenas de televisión, le dio visibilidad al caso. Hasta que en julio, el juicio fue anulado, y Jonathan quedó libre