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El Parlamento británico ha debatido sobre la posibilidad de prohibir a los diputados tener otro trabajo reumerado después de que dos exministros de Exteriores, el conservador Rifkind y el laborista Straw, se hayan visto envueltos en un escándalo sobre supuesto tráfico de influencias. 

Dos diputados británicos han sido filmados con cámara oculta cuando ofrecían sus servicios para ayudar a conseguir contratos a dos falsos representantes de una compañía china, que en realidad eran periodistas. 

Los diputados son dos miembros del Parlamento con importantes contactos porque ambos han sido exministros de Exteriores: el laborista Jack Straw y el conservador Malcolm Rifkind. Straw fue además ministro de Interior, siempre con el Gobierno de Tony Blair, mientras que Rifkind es actualmente el presidente del Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento. 

En la filmación, difundida por el diario The Daily Telegraph y el Canal 4 de televisión, Straw reconoce haber utilizado su influencia para modificar reglas comunitarias en nombre de una compañía que le pagó 60.000 libras (81.000 euros) al año.

Por su parte, Malcolm Rifkind dice que puede tener "acceso" a cualquier embajador británico y que por media jornada de trabajo gana entre 5.000 y 8.000 libras (6.500/10.400 euros). 

Straw, que no volverá a presentarse en las elecciones del próximo mayo, ha asegurado que no ha hecho nada malo y que todas sus actividades están de acuerdo con el código de conducta del Parlamento.

Sin embargo, en la grabación se le puede escuchar diciendo que puede actuar "fuera del radar". 

El caso ha pasado a la llamada Comisión Parlamentaria de Normas, encargada de velar por el buen comportamiento de los diputados. En virtud de la legislación británica, los diputados pueden tener otro empleo siempre que lo comuniquen, al igual que cualquier otra donación o regalo. 

Tanto Rifkind como Straw han sido suspendidos de militancia por sus respectivos partidos, este último a petición propia. 

Las autoridades británicas han pedido a Turquía más control en sus aeropuertos, puerta de entrada para quienes pretenden sumarse al grupo Estado Islámico. El último caso conocido: tres chicas menores que esta semana han salido de Londres y podrían dirigirse a Siria vía Estambul.