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Los yihadistas, que aprovecharon la guerra de Siria para hacerse fuertes, extorsionan, saquean, piratean petróleo y roban bancos como si fueran un ejército medieval pero con métodos del siglo 21.

Los mayores enfrentamientos se han producido en territorio de Siria, donde se han intensificado los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos. La rama local de Al Qaeda ha amenazado con atacar a los miembros de esa coalición por todo el mundo. 

La batalla internacional contra el yihadismo se libra ahora en Irak y Siria, donde el Estado Islámico ha proclamado un califato del terror. Pero otros grupos yihadistas actúan en otros países, como Yemen o Somalia.

La coalición liderada por EE.UU. ha realizado bombardeos en Irak y Siria. También se han producido ataques en la zona kurda ocupada por los yihadistas cerca de la frontera con Turquía. 

El Pentágono  asegura que los ataques se han llevado a cabo con la colaboración o el apoyo de Baréin, Jordania, Qatar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes, aliados de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico. En los ataques se han utilizado cazas, bombarderos y misiles Tomahawk. Al menos 50 personas han muerto, de las cuales ocho son civiles y tres de ellos, menores.

Estados Unidos, junto con el grupo de países que conforman la alianza contra el Estado Islámico (EI) ha realizado el primer ataque contra objetivos de este grupo islamista en Siria según ha informado el Pentágono. La operación, que se encuentra en desarrollo, abre un nuevo frente en la lucha contra el yihadismo.

Este es el primer paso de la estrategia anunciada por el presidente Barack Obama hace unas semanas en la que se pretende realizar bombardeos aéreos contra el EI tanto en Irak como en Siria, proporcionar apoyo militar y logístico a las fuerzas que combaten a los yihadistas en el terreno, realizar operaciones contraterroristas para cortar la financiación y el reclutamiento de combatientes y ofrecer asistencia humanitaria a los civiles.