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De blanco y todavía consternadas, cientos de personas se han manifestado en Brasil para recordar a las 231 víctimas del incendio de la discoteca Kiss y pedir justicia. Dos de los miembros del grupo que actuaba así como dos dueños de la discoteca están detenidos. Se les acusa de homicidio imprudente. El ministro de Salud ha pedido a otros países donaciones de piel humana para hacer transplantes. 79 personas continúan hospitalizadas.

En Brasil, con toda la población conmocionada, empiezan a enterrar a los fallecidos en el incendio de la discoteca de Santa María. Ya son 231 los muertos, casi todos universitarios de entre 18 y 25 años que habían ido a un concierto. Una bengala, encendida por los músicos, causó el fuego. Casi todos los jóvenes murieron asfixiados o pisoteados, en una tragedia plagada de negligencias.

El año pasado murieron en Cataluña 74 personas de manera violenta. Cuatrocientas, en los ultimos cinco años. La mayoría de los casos se resuelven pero un 10% siguen abiertos porque o bien no se encuentra el cuerpo, o no hay sospechosos. Ahora una unidad especial de los mossos d'esquadra se dedica a revisar los casos más antiguos para encontrar nuevas pistas. TVE ha podido grabar la reconstrucción de un crimen.

En Egipto, el ejército ha vuelto a salir a la calle después de que ayer el gobierno decretara el estado de emergencia en tres ciudades del país. Los enfrentamientos han continuado a pesar del toque de queda y otra persona ha muerto esta mañana en El Cairo. La oposición rechaza la propuesta de diálogo del presidente Morsi para poner fin a la violencia.

Sólo había una única entrada y salida y estaba cerrada en la discoteca Kiss de Brasil, donde los fallecidosya alcanzan los 231 . En los primeros minutos de la tragedia, los guardas, que no se habían percatado aún del incendio, trataron de impedir la salida de la gente. Creían que era una desbandada por una pelea y querían evitar que se fueran sin pagar. Cuando abrieron la puerta, se encontraron con las vallas colocadas horas antes para controlar la entrada. Según la policía, el grupo que provocó el incendio y que usaba pirotecnia en sus espectáculos, podría ser acusado de homicidio imprudente.

El gobierno brasileño ha informado este lunes de que quedan 79 personas hospitalizadas en cuidados intensivos de un total de 112 lesionados después del incendio de la madrugada del domingo en una discoteca en el sur de Brasil que causó al menos 231 muertes.

Cerca del 80% de esos internados graves son pacientes que sufrieron una intoxicación al inhalar el humo del incendio de la discoteca Kiss, de la ciudad de Santa María, en el estado de Río Grande do Sul, y el resto son heridos con quemaduras graves.

Este lunes está prevista la celebración de una misa ecuménica a la que seguirán los entierros.

Brasil ha vivido este fin de semana una pesadilla por la muerte de 233 personas, en su mayoría jóvenes universitarios, en un incendio que arrasó de madrugada la discoteca Kiss de la ciudad de Santa María, la peor tragedia de este tipo en el país en más de medio siglo.

La banda Gurizada Fandangueira, supuesta causante del incendio, podría ser acusada de homicidio imprudente, según uno de los responsables de la investigación, el comisario Sandro Meinerz.

La presidenta del país, Dilma Rousseff, ha vuelto precipitadamente desde Chile para visitar el lugar.

Brasil se despertó con una pesadilla por la muerte de 233 personas, en su mayoría jóvenes universitarios, en un incendio que arrasó de madrugada la discoteca Kiss de la ciudad de Santa María, la peor tragedia de este tipo en el país en más de medio siglo.

La tragedia, que dejó además 106 heridos, ha sumido en el dolor y el llanto a esta ciudad situada en el corazón del estado brasileño de Río Grande do Sul y donde familiares de las víctimas hacían fila esta noche en un centro deportivo improvisado como tanatorio para tratar de identificar a sus hijos, hermanos o amigos.

Según los relatos de los supervivientes, el incendio se desató hacia las 2.30 hora local (4.30 GMT), cuando un integrante de la banda Gurizada Fandangueira, que se presentaba en el escenario, encendió un artefacto pirotécnico conocido como "Lluvia de plata", cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo del establecimiento.