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Las pesquisas sobre el atentado de Mánchester continúan este miércoles con la certeza de que Salman Abedi, por lo que los esfuerzos se centran en desentrañar la red terrorista que le dio cobijo: seis personas han sido arrestadas a lo largo de la jornada, cuatro en Reino Unido y, sobre todo, el padre y el hermano del atacante, que han sido apresados en Libia.

Los ciudadanos de Manchester regresan poco a poco a su actividad habitual, en un ambiente de calma tensa en esta urbe de unos 530.000 habitantes, tras un atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que ha sido calificado por la Policía como "el más atroz" de la historia de la ciudad. El estadio Mánchester Arena, donde se produjo la explosión al término del concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande, sigue acordonado, así como la estación de trenes Victoria, que conecta con el recinto deportivo cubierto. Un gran número de policías, muchos de ellos armados, patrullan el centro urbano, mientras que varios helicópteros vigilan también desde el aire, en un día inusualmente soleado en el norte de Inglaterra.

Salman Abedi, de 22 años, es el nombre del presunto suicida que mató este lunes a 22 personas, entre ellas menores, e hirió a otras 59 con la explosión de un artefacto en el Manchester Arena, tras un concierto de Ariana Grande. Según la BBC, Abedi nació en Manchester, en una familia de origen libio y tenía al menos dos hermanos, también británicos. El núcleo familiar vive en diversos domicilios en el barrio de Fallowfield, en el sur de Manchester, donde la policía ha realizado este martes un registro, ha informado el canal público. El Estado Islámico ha reivindicado el atentado y ha asegurado que hay otros artefactos colocados en la ciudad. Ahora, la prioridad de las fuerzas de seguridad es determinar si Abedi actuó en solitario o contó con una red de apoyos. Un joven de 23 años detenido en las inmediaciones de un supermercado  en Chorlton, en el sur de Mánchester, es el único arrestado por una posible conexión con los hechos. En esta zona también se han registrado varios pisos, ha confirmado Hopkins.

La Policía ha procedido a una explosión controlada en el distrito de Fallowfield, donde vive la familia del presunto suicida, para acceder a una vivienda. Además de estas intervenciones, se ha llevado a cabo un registro en un bloque de apartamentos de reciente construcción en Whalley Range.

Mánchester se ha sumido este martes en un estado de conmoción y profunda tristeza tras el atentado suicida cometido en la noche del lunes en un estadio a la salida de un concierto lleno de jóvenes, que ha causado 22 muertos -algunos menores- y 59 heridos. Un día después, los ciudadanos de esta localidad británica regresan poco a poco a su actividad habitual, en un ambiente de calma tensa en esta urbe de unos 530.000 habitantes, tras un atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que ha sido calificado por la Policía como "el más atroz" de la historia de la ciudad.

La tragedia ha motivado numerosas muestras de solidaridad entre los habitantes de Mánchester así como la unión de las diferentes comunidades religiosas. El deán de la catedral, Rogers Govender, acompañado de representantes de la comunidad judía y musulmana, ha oficiado un servicio religioso en plena calle para recordar a las víctimas, mientras que el recién elegido alcalde de la ciudad, el laborista Andy Burnham, ha convocado una vigilia para más tarde. En un ejemplo de generosidad, los residentes de Mánchester han ofrecido a través de las redes sociales alojamiento, comida y hasta enchufes para cargar el móvil a personas que aún no han podido salir de la localidad o que buscan a seres queridos, mientras que varios hoteles dan alojamiento gratuito. Algunos taxistas ofrecen a su vez trayectos gratuitos y provisiones de comida para facilitar las cosas en este "momento tan duro", según dijo a Efe Faisal Khan, que de ninguna manera aceptó cobrar su tarifa.