El Gobierno de Ucrania ha pedido a los refugiados en otros países que no regresen este invierno, debido a la crisis energética y a la dura situación que se avecina con el frío. El 90% de los ucranianos se calienta con calefacción central. Kiev teme que, cuando llegue la nieve, no todo el mundo tenga cómo calentarse.
El frío es un arma de guerra, tanto para mermar a las tropas como para debilitar a la población civil y en Ucrania la temporada de invierno dura seis meses. Después de los últimos ataques, que han dañado el 40% de las infraestructuras eléctricas, necesarias para el funcionamiento de las centrales térmicas, las autoridades no descartan que, en lo peor del invierno, muchos núcleos de población se queden sin calefacción durante días.
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