¿Qué dejará Rusia atrás, cuando sus tropas salgan de la anexionada Jersón? Ucrania prevé encontrar una ciudad saqueada, destruída y sembrada de minas, y temen encontrar fosas comunes, como en otras zonas ocupadas. Kiev lleva tiempo recopilando pruebas para demandar a Moscú ante tribunales internacionales y, entre esas pruebas, hay todo tipo de armamento.
Entre el caos que deja un ataque es posible encontrar información de utilidad si se sabe dónde y cómo buscar. Un equipo del Telediario se desplaza hasta un almacén de la ciudad de Járkov, donde han ido llevando todos los restos de armamento que han encontrado en cada punto de la regió bombardeada.
Rusia no sólo se retira de la ciudad ucraniana de Jersón, sino que televisa esta decisión. Justifica que es "para salvar la vida" de sus hombres "y mantener la efectividad en los combates". A Kiev tanta escenificación le huele a chamusquina. No por muy esperado, este momento debe confundirnos, dice Zelenski, que llama a contener la alegría.
Esta misma mañana, Putin mencionaba explícitamente a Jersón como una de las regiones de la federación rusa. Moscú estaría, por tanto, renunciando a su propio territorio, pero también desprotegiendo Crimea y alejándose faltalmente de Odesa. La jugada, desconfía Kiev, puede ser fruto del agotamiento o de la estrategia.
El equipo de TVE se adentra en las trincheras del frente de batalla del territorio ucraniano. Sobre el terreno, uno de los puntos calientes sigue siendo Jersón. Las autoridades prorrusas han quitado más banderas rusas de edificios públicos, pero Ucrania insiste en que esa supuesta retirada es una trampa en la que no va a caer. Los soldados ucranianos siguen su ofensiva en la región de Nikolaiév.
El frío y la lluvia van a alterar al campo de batalla en el que combaten Rusia y Ucrania. El teniente general en la reserva, Francisco Gan Pampols, nos explica qué consecuencias va a tener la llegada del invierno al conflicto en los soldados, los vehículos y el armamento.
Hoy Washington y Moscú han reconocido que mantienen "contactos puntuales", y que están abiertos al diálogo. Es una comunicación mínima, pero que ambos reconocen por primera vez desde que estalló la guerra en Ucrania. El objetivo sería evitar una escalada militar y una posible Tercera Guerra Mundial.
La guerra en Ucrania tiene un impacto directo sobre la lucha contra el calentamiento global. El freno a la descarbonización por la crisis energética y el veto a las importaciones rusas comprometen los objetivos de la agenda climática.
Como consecuencia de la invasión rusa, Ucrania tiene la misión añadida de reconstruir su economía y levantar las ciudades que han sido atacadas por las fuerzas de Vladímir Putin.
El complejo de la central nuclear de Zaporiyia supone una amenaza latente para el pueblo de Chervonogrygorovka, a solo diez kilómetros cruzando el río Dniéper. Un tercio de la población ha abandonado el pueblo. Los vecinos denuncian disparos desde la central cada noche, momento en el que la población se refugia en los sótanos, para luego, por la mañana, reparar los destrozos.
Jersón y varias localidades del sur de Ucrania se quedan sin agua y electricidad como consecuencia de los últimos bombardeos del Ejército ruso.
El Ejército ucraniano ya se encuentra a 12 kilómetros de Jersón, que lleva ocupada por los rusos desde el inicio del enfrentamiento. Mientras que países como Estados Unidos insisten en el futuro diálogo con Rusia, Zelenski piensa en avanzar militarmente.
Por otro lado, las familias ucranianas buscan ayuda entre voluntarios que acogen a desplazados como resultado de la guerra. Foto: EFE / HANNIBAL HANSCHKE
Gala y Alex son dos voluntarios de Dnipro que se han volcado con los desplazados a la ciudad pese a las dificultades y peligros de la guerra. Mientras Gala se ocupa de acoger a niños, mayores y hasta mascotas en su casa, en la que han llegado a alojarse hasta 30 personas; Alex, taxista de profesión, se encarga de ir a recoger a los afectados de lugares de riesgo. Guerra Ucrania - Rusia, sigue la última hora del conflicto en directo. Foto: REUTERS/Alexey Pavlishak.
Informar sobre una guerra desde el terreno conlleva muchos riesgos. En el conflicto de Ucrania, 43 periodistas han muerto, pero también corren peligro sus guías, llamados fixers. Se trata de personas que antes tenían otro oficio y que ahora se ganan la vida acompañando a la prensa internacional, aprovechando su conocimiento de idiomas y del terreno. En Járkov, el Comando Oeste del Ejército imparte cursos a estos fixers para que sepan cómo trabajar con los medios. Los enviados especiales de RNE, María Eulate y Luis Montero, nos cuentan qué se necesita para informar desde allí.