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En la guerra comercial y arancelaría declarada por Trump a China, el mandatario estadounidense ha tenido que dar marcha atrás con una serie de productos tecnológicos. Entre estos, móviles, ordenadores o discos duros. Este paso atrás se debe a que muchos de estos bienes, o sus componentes, se fabrican en China.

Uno de los ejemplos más destacados es Apple, que fabrica sus iPhone en este país. Este es uno de los productos estrella la empresa estadounidenses.

En China, según muchos consumidores, comprar productos o servicios estadounidenses es símbolo de estatus, ya sea un móvil o un café. Otra de las grandes empresas de EE.UU. que producen en China es Tesla, que fabrica ahí la mitad de sus coches.

Mientras, el gigante asiático se prepara para hacer frente a la guerra comercial. Este miércoles ha nombrado a un nuevo jefe negociador comercial, Li Chenggang. Este hasta ahora representaba a China en la Organización Mundial del Comercio.

José Antonio Gurpegui es director del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá y catedrático de Estudios Norteamericanos. En Las Mañanas de RNE ha asegurado que las relaciones entre Europa y Estados Unidos pasan por uno de sus peores momentos desde la Segunda Guerra Mundial. En este contexto, el ministro de Economía se ha reunido con el secretario del Tesoro estadounidense, y aseguró que tuvo una conversación "franca y útil" con Scott Bessent. Al respecto, Gurpegui considera que las reuniones bilaterales tienen que llevarse a cabo, "pero la situación es tan delicada que las negociaciones no pueden hacerse solamente bilateralmente, sino entre la UE y Estados Unidos".

El mercado industrial ocupa el 10% de la masa laboral de Estados Unidos y, sin embargo, el presidente Trump ha impuesto altos aranceles a China. Esa "obsesión" tiene que ver, a juicio del catedrático de Estudios Norteamericanos, con que China es la gran nación manufacturera del mundo: "Toda esta guerra arancelaria que lleva a cabo con otras naciones tiene como objetivo final China. Veremos si le sale bien o mal. Muchos analistas dicen que es probable que estos aranceles queden en nada en medio o largo plazo", ha valorado y ha añadido que "el problema de Trump es el tiempo y China no tiene ese problema. Xi Jinping tiene todo el tiempo del mundo".

Asimismo, José Antonio Gurpegui ha valorado, como profesor visitante en Harvard durante dos años, la situación de la prestigiosa universidad con el presidente Donald Trump. "No creo que se deje amedrentar como si lo ha hecho Columbia y esa será una lucha importante", ha apuntado sobre el último movimiento de la Administración estadounidense, que ha congelado 2.200 millones de dólares en fondos federales para la Universidad de Harvard.

Washington y Pekín se adentran en una guerra abierta por la hegemonía mundial. Los aranceles impulsados por Trump empujan la rivalidad entre las dos potencias a un terreno desconocido.

Una lucha que amenaza el actual orden mundial. De un mundo globalizado e interconectado a otro fragmentado y partido en áreas de influencia que compiten salvajemente entre sí. Con una China en ascenso y un Estados Unidos en declive y repliegue en la esfera internacional. Un cambio de paradigma que conlleva grandes riesgos, `pero también oportunidades.

Ante la incertidumbre, los distintos Estados mueven ficha y se replantean sus alianzas, sus mercados... Nadie quiere salir perdiendo en este nuevo e imprevisible desorden mundial.

Foto: REUTERS/Kevin Lamarque

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha apostado por una "agenda positiva" y por mantener una "elevada interlocución política" con China, y ha asegurado que la política exterior de España "no va contra nadie" tras las críticas de Estados Unidos por su viaje al país asiático.

Así lo ha asegurado en una rueda de prensa tras reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, en el marco de su viaje de esta semana a China y Vietnam. Sánchez ha destacado una interlocución con su homólogo que "permite seguir desarrollando una agenda positiva" entre ambos países "sobre la base del respeto y la confianza mutua".

China no tiene intención de negociar. Pekín ha aumentado sus aranceles a los productos estadounidenses al 125%. Dice que si hay nuevas subidas por parte de Trump, las va a ignorar. EE.UU. cerró ayer su impuesto a los productos chinos del 145%. El argumento de China es de peso: con esos aranceles, ningún producto estadounidense resulta atractivo al mercado chino.

Pedro Sánchez se ha reunido en Pekín con Xi Jinping para estrechar lazos, poniendo de manifiesto que el presidente español ve a China como un socio comercial de la Unión Europea en medio del terremoto desatado por Estados Unidos. Julio Ceballos, consultor de negocios en China, ha estado en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní analizando la situación y opina que "en el actual contexto de tensiones comerciales globales, España puede jugar la carta de posicionarse como el interlocutor preferido de China ante la Unión Europea". El entrevistado prosigue, diciendo que hay que "aprovechar esta oportunidad de desempeñar un papel estratégico para fortalecernos, actuando como un puente entre Pekín y la Unión Europea sin desvincularse de la política común hacia el gigante asiático".

Al comparar la estrategia china con la estadounidense, Ceballos cree que el país asiático juega una partida muy diferente a la de Donald Trump: "China está jugando a largo plazo, con temple, con cálculo estratégico, y Trump, en cambio, va de farol en una partida de póker bastante cortoplacista que, me temo, no va a poder sostener", afirma. Además, el consultor no está seguro de que Estados Unidos vaya a penalizar a España por este motivo ya que "cualquier país que se tome en serio a sí mismo mejoraría sus relaciones bilaterales con la segunda potencia mundial", comenta.

Este viernes, el presidente de España, Pedro Sánchez, viaja a China. Acompañado por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y el de Agricultura, Luis Planas, el Jefe del Ejecutivo quiere reforzar los lazos económicos entre ambos países.

Las relaciones diplomáticas entre la República Popular China y España empezaron hace 52 años, cuando el régimen franquista reconoció al Gobierno chino. Desde entonces, todos los Gobiernos españoles, independientemente de su partido, han apostado por fomentar su relación con Pekín. A veces, incluso obviando cuestiones como los derechos humanos o el autoritarismo del Gobierno chino.

Esta es la tercera visita de Sánchez al gigante asiático en tres años, y, aunque ya estaba prevista desde 2024, la reunión llega en plena tensión por la guerra arancelaria desatada por el mandatario estadounidense, Donald Trump.

Donald Trump se mantiene firme con la imposición de aranceles a México, Canadá o China. En estos momentos, la Unión Europea se prepara para lo que pueda ocurrir ante este escenario tan incierto, mientras que Xi Jinping responde al presidente estadounidense con la imposición del 10% al 15% a ciertos productos americanos a partir del 10 de febrero. En 'Las Mañanas de RNE', entrevistamos a Luis Garvía, director del máster en Riesgos Financieros de la Universidad de Comillas para profundizar sobre esta batalla comercial.

"En esta guerra tienen mucho más que perder México y Canadá que Estados Unidos", apunta. Garvía asegura que en cada país aplica una "medicina diferente", y que Trump usa los aranceles "para negociar otras cosas diferentes a las económicas". El experto en finanzas explica que Estados Unidos ha sido un referente tecnológico, pero que "no tiene ningún senido que se enfrente con China porque se está dando un tiro en el pie".También resalta que no le sorprendería que gran parte de "este teatro que ha montado Trump" con los aranceles correspondan a "hacer menos sonora la reunión que él está celebrando con Netanyahu".