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Los rebeldes creen que pronto toda la capital estará bajo su control. Su gobierno quiere establecerse ya en Trípoli. Por otro lado la escasez de electricidad y de abastecimientos empeora la situación. Allí está un equipo de Televisión Española.

Mientras los rebeldes preparan la transición democrática en Libia, lo que más teme la comunidad internacional es que se repita lo que pasó en Irak. La mala gestión de la postguerra hizo que se descontrolara la seguridad y que aumentara la presencia de grupos terroristas.

Una bomba ha estallado en la sede de Naciones Unidas en la capital de Nigeria, Abuja. La explosión, que ha provocado una columna de humo sobre el edificio, ha destruido toda una sección del mismo.

La cifra de víctimas no es clara aún, aunque fuentes médicas presentes en el lugar hablan de al menos 10 muertos. Unas cincuenta personas han sido trasladadas al National Hospital de la capital, según han confirmado a Efe por teléfono fuentes del centro hospitalario. Se teme que pueda haber personas atrapadas entre los escombros.

Fuentes de los servicios de seguridad hablan de un vehículo conducido por un suicida que habría penetrado en la sede. Los restos de un vehículo eran visibles en el sótano.

Los rebeldes libios han desplazado su gobierno transitorio a Trípoli para intentar comenzar a gestionar el país mientras continúan luchando contra los fieles a Gadafi.

"Proclamo el comienzo del trabajo del ejecutivo en Trípoli", ha declarado Ali Tarhouni, miembro del Consejo Nacional de Transición (CNT) desde la capital. El movimiento es visto como un paso crucial para evitar divisiones en el país, fragmentado por diferencias regionales y tribales, principalmente entre el oeste (Trípoli) y el este (Bengasi, hasta ahora sede del CNT).

En una entrevista, Tarhouni ha subrayado que el nuevo gobierno espera reiniciar las exportaciones de petróleo en un plazo de dos o tres meses, y volver a la máxima producción en un año. Mientras Gadafi volvía a dirigirse a sus seguidores para pedirles que libraran las calles de las "ratas" de la oposición, las esperanzas de un final rápido a los seis meses de guerra se están viendo frustrados. En Trípoli, un número indeterminado de combatientes pro-gubernamentales, posiblemente algunos centenares, según Reuters, continúan disparando en las calles y asediando a los rebeldes. Incluso han bombardeado el aeropuerto, que está en manos de la oposición.

La conferencia de donantes organizada este jueves por la Unión Africana (UA) ha conseguido 265 millones de euros de los casi mil estimados como necesarios para paliar la hambruna que padece el Cuerno de África. A pesar de haberse pospuesto la conferencia del día 9 al 25 de agosto para movilizar más recursos y gobernantes, solo los mandatarios de Etiopía (país anfitrión), Guinea Ecuatorial, Somalia y Yibuti han estado presentes en la reunión.

Han entrado armados con martillos y han confirmado que están liberando a cientos de encarcelados que no están involucrados en el conflicto para trasladarlos a zonas seguras. Se estima que el gobierno de Gadafi ha encarcelado a más de 50.000 rebeldes.