Níger ha sido un importante aliado occidental en la región estrátegica del Sahel. Es una de las pocas democracias de la zona, donde en los últimos años han prosperado los golpes militares en países vecinos como Mali o Burkina Faso.
Parte de la población se ha mostrado a favor del levantamiento y contra el presidente Bazoum.
En los últimos años, la tendencia de los países del Sahel ha sido la de alejarse de Occidente y acercarse a Moscú.
La junta golpista nigerina ya ha pedido ayuda al grupo de mercenarios Wagner, que no operan en Níger pero sí en países vecinos, donde controlan recursos y dicen luchar contra la amenaza yihadista. El mismo pretexto que usan Francia y Estados Unidos para justificar la presencia de bases militares en el país.
La inestabilidad en Níger también puede tener un efecto en la migración hacia Europa. El país africano es un territorio de tránsito para muchos de quienes intentar llegar al viejo continente.
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