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La Fiscalía Superior de Murcia estudia la entrada en prisión de los responsables de una red de prostitución de menores. En el informativo '24 Horas Fin de semana', Marta Latorre, portavoz del colectivo feminista Fuste, ha abordado el caso: "La sensación tal y cómo se ha desarrollado el proceso es muy indignante y de total impunidad. No se ha hecho justicia, difícilmente podemos hablar de justicia cuando emanan sentencias con un sesgo machista tan apreciable".

"La movilización social que está habiendo desde que se conoció la sentencia forzosamente ha provocado estos movimientos en la Fiscalía. No solo es una demanda, sino que buscamos hablar de justicia y de reparación para estas víctimas", ha expresado Latorre. Del mismo modo, ha recalcado que estamos ante una normalización de las prácticas de abuso y de explotación sexual y de violencia contra las mujeres de distintas formas. Escucha la entrevista completa en RNE Audio.

Entre los acusados de violar a Gisèle Pelicot hay 51 bomberos, policías, enfermeros o periodistas. Perfiles muy variados, muy comunes. Hombres normales.

"Hablamos de un hombre que ofertaba a su mujer en las redes sociales, pero había hombres que accedían. Eso no es enfermedad mental ni una monstruosidad. Forma parte de una cultura que desprecia a las mujeres", explica Ana Bernal Triviño, periodista y profesora de la Universidad Abierta de Cataluña.

También es parte de esa cultura la actitud de los que lo conocían y no lo denunciaron. 

Las expertas tampoco consideran un monstruo a su marido y la fachada de hombre encantador que mostraba al exterior es algo que se repite en otras agresiones.

Gisèle Pelicot ha querido dar la cara, al público y a sus agresores. Una decisión valiente, dicen, pero que no se le puede pedir a otras víctimas.

Las expertas explican que aunque el caso de Gisèle Pelicot es extremo y ha servido para visibilizar, hay otras muchas violencias diarias, comunes e invisibles.

FOTO: Christophe SIMON / AFP

El asesino de Manuela Chavero, violada y asesinada hace ocho años en Monesterio, Badajoz, ha pedido la nulidad del proceso porque dice que, entre otras cosas, las pruebas sólo eran indicios. El asesino está condenado a prisión permanente revisable y ahora el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura debe decidir si acepta el recurso y se repite el juicio.  

Eugenio Delgado, el asesino de Manuela Chavero, llegaba esta mañana a los juzgados. Quieren que se repita el juicio por varios motivos, entre ellos que el abogado que le asistió al principio no estaba colegiado. También dicen que la sentencia está fundamentada en indicios y no en pruebas. Las acusaciones lo niegan y alegan que entre las pruebas directas está la declaración espontánea de Delgado a los guardias civiles durante la reconstrucción de los hechos. El condenado reconoció que si encontraban semen en el cuerpo de Manuela era suyo.

La sentencia considera probado que Manuela tenía lesiones incompatibles con la caída accidental que describió el condenado en la reconstrucción. Un momento duro e impactante, según la familia, también presente en la vista. La defensa ya ha dicho que si su recurso no prospera es posible que acuda al Supremo.

En Aviñón, Francia, ha comenzado el juicio por uno de los casos de agresión sexual más siniestros en la historia del país. Un jubilado de 71 años drogó a su esposa durante nueve años para que la violaran en su casa. 72 hombres participaron en las violaciones, de las que ella no recuerda nada. La policía registró el ordenador de Dominique Pelicot después de sorprenderlo grabando bajo la falda de clientes de un supermercado en 2020. Allí encontraron, filmadas a lo largo de una década, 92 violaciones a su esposa, que ahora tiene 71 años. 

Foto: Christophe SIMON / AFP