Hace unos meses entramos con Pablo, que es su nombre ficticio, en la asociación de jugadores de azar y rehabilitación, Asejer, en Sevilla para conocer qué le pasaba y cómo pensaba afrontar su futuro sin jugar. Núria es la psicóloga que le atendió y ya han pasado unos cuántos meses desde que llegó.
Hoy entramos de nuevo en una consulta con la psicóloga para ver cómo ha vivido Pablo estos meses y en qué fase se encuentra ahora. Porque el proceso de rehabilitación dura unos dos años, pero a este hombre todavía le queda un tiempo para que le den el alta terapéutica. Va por buen camino y está siguiendo las normas que le dan desde la asociación. Su caso no es de los más duros porque se acercó a la asociación para pedir ayuda antes de arruinarse o de pasar a mayores.
Poco a poco reconoce que la ludopatía es una enfermedad y que siempre va a tener que estar alerta para no cruzar al otro lado. La tentación es permanente porque el juego está presente en nuestro día a día. Él hacía apuestas a todas horas, desde el móvil incluso, en el baño, en la calle, en el ordenador de su casa y del trabajo. Ahora su gran apuesta es controlar los impulsos y vivir sin jugar.
Seguiremos contando la historia de Pablo y le acompañaremos en las siguientes etapas de su rehabilitación.